El Papa da dos consejos clave a un joven cura de Cartagena tras un saludo inesperado

El padre Miguel Tovar, uno de los sacerdotes más jóvenes de España, compartió su encuentro con el Papa León XIV en Roma, donde recibió un consejo significativo para su recién iniciado ministerio sacerdotal.

Miguel Tovar Fernández, de 24 años, fue ordenado sacerdote el pasado 5 de julio en el diaconado de Cartagena, convirtiéndose en uno de los presbíteros más jóvenes del país. El 7 de agosto, durante una visita a Roma acompañado de sus padres, fue recibido por el Papa León XIV, quien le dirigió una exhortación concreta: “Sé fiel. Muchos sacerdotes pierden su alegría. No pierdas nunca la alegría del sacerdocio, que encontrarás siempre en la oración”.

El joven sacerdote relató el encuentro en su cuenta de X, expresando su gratitud: “Qué regalo del Señor, un mes después de mi ordenación sacerdotal, poder saludar al Papa. El Santo Padre me animó a ser fiel y a no perder la alegría del sacerdocio en la oración”. También reveló que el Papa felicitó a sus padres por haber ofrecido un hijo a la Iglesia a tan temprana edad.

Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONA

Según el testimonio del padre Tovar, al enterarse de que sus progenitores estaban presentes, el Santo Padre manifestó su deseo de saludarlos personalmente: “¿Están aquí? ¡Díganles que vengan! Felicitaciones por haber dado un hijo de 24 años a la Iglesia”, fueron sus palabras. Durante la audiencia, el Papa bendijo a la familia y también la estola de ordenación diaconal y las primeras confesiones del neosacerdote.

Antes de ser ordenado, el padre Miguel compartió públicamente su itinerario vocacional, desde una infancia cristiana junto a sus padres, su hermano gemelo y su hermana mayor, hasta el ingreso en 2019 al Gran Seminario de San Fulgencio, con solo 18 años. Su lema sacerdotal es “Su misericordia es eterna”.

En las imágenes difundidas por el propio sacerdote, puede observarse cómo, con gesto entusiasta aunque poco protocolario, apoya el brazo por encima del hombro del Papa en el momento del saludo. Un detalle llamativo que no ha pasado inadvertido entre quienes conocen la sobriedad propia del trato con el Sucesor de Pedro.