El arzobispo Max Leroys Mésidor ha manifestado su preocupación por la inseguridad en Haití, agradeciendo el apoyo del Papa León XIV, quien expresó su solidaridad con el pueblo haitiano durante el Ángelus.
Monseñor Max Leroys Mésidor, arzobispo de Haití, ha expresado su profunda preocupación por la situación de criminalidad que azota al país. En una reciente declaración, el prelado afirmó que "la criminalidad en El País no tiene límite", reflejando la gravedad de la crisis que enfrenta la nación caribeña. Sus palabras subrayan la urgencia de abordar los problemas de seguridad y violencia que afectan a la población haitiana.
El arzobispo Mésidor también agradeció las palabras del Papa León XIV durante el Ángelus del 10 de agosto. El Santo Padre dedicó un momento para expresar su solidaridad con el pueblo haitiano, calificando su intervención como un "grito por el pueblo haitiano". Este gesto ha sido recibido con gratitud por parte de la Iglesia en Haití, que ve en el respaldo del Pontífice un aliento en medio de las dificultades.
La situación en Haití se ha deteriorado significativamente en los últimos meses, con un aumento alarmante de actos delictivos y violencia. Las autoridades eclesiásticas han hecho repetidos llamados a la comunidad internacional para que preste atención a esta crisis humanitaria. La Iglesia Católica en Haití continúa trabajando incansablemente para brindar apoyo espiritual y material a los afectados por esta ola de criminalidad.
En este contexto, las palabras del Papa León XIV han resonado profundamente entre los fieles haitianos. Su mensaje durante el Ángelus no solo fue un gesto de apoyo espiritual, sino también una llamada a la acción para quienes tienen la capacidad de influir en el cambio. La Iglesia espera que estas intervenciones contribuyan a generar conciencia y movilizar recursos para aliviar el sufrimiento del pueblo haitiano.
La comunidad internacional ha sido animada a responder con urgencia ante esta situación crítica. Las organizaciones humanitarias y los gobiernos están llamados a colaborar para encontrar soluciones efectivas que restauren la paz y seguridad en Haití. Mientras tanto, la Iglesia sigue desempeñando un papel crucial en el apoyo a las víctimas y en la promoción de iniciativas que fomenten la reconciliación y el desarrollo sostenible en el país.