El Congreso de Estados Unidos ha publicado un inusual proyecto de ley titulado “Ley de Protección de la Santa Soberanía”, que busca garantizar la ciudadanía estadounidense del Papa León XIV y regular su situación fiscal.
La propuesta, impulsada por el congresista republicano Jeff Hurd, fue registrada este pasado jueves en la base de datos parlamentaria. Hasta ahora, solo se conocía el título del texto, presentado a mediados de julio.
El proyecto consta de tres secciones principales, centradas en preservar la ciudadanía estadounidense del Papa, definir su situación tributaria y establecer disposiciones sobre su título oficial.
En primer lugar, el borrador estipula que la ciudadanía estadounidense del Papa no podrá ser revocada. De acuerdo con la legislación vigente, la pérdida de ciudadanía solo puede producirse mediante renuncia voluntaria y expresa. Ni la aceptación de otra nacionalidad ni el ejercicio de un cargo público extranjero suponen por sí solos una desnaturalización. En ese contexto, la nueva ley podría incluso imposibilitar que León XIV renuncie por voluntad propia a su nacionalidad estadounidense. Esta medida entraría en vigor en el momento en que la ley sea promulgada.
En segundo término, se contempla una exención total del impuesto sobre la renta para el Papa durante el tiempo que esté en funciones. No obstante, otras obligaciones fiscales, como los impuestos sobre herencias o donaciones, se mantendrán. La exención se aplicaría con efecto retroactivo desde el 8 de mayo de 2025, fecha en que León XIV fue elegido. Cabe destacar que esta medida no beneficiaría a papas eméritos de nacionalidad estadounidense, quienes seguirán obligados a tributar.
Actualmente, el Papa León XIV ostenta tres nacionalidades: estadounidense, peruana y la del Estado del Vaticano, esta última otorgada por su posición. Es el primer papa de la historia nacido en Estados Unidos.
El proyecto deberá pasar ahora por las comisiones de Finanzas y Judiciales de la Cámara de Representantes. Hasta el momento, ha recibido el respaldo de otros seis congresistas republicanos.
Estados Unidos es uno de los pocos países que aplica el principio de renta mundial, exigiendo a sus ciudadanos declarar todos sus ingresos sin importar su lugar de residencia. Esta normativa se extiende también al Papa, quien enfrenta complicaciones prácticas: no percibe un salario convencional, ya que El Vaticano cubre sus gastos directamente. Además, en su calidad de jefe de Estado y líder de la Iglesia, tiene acceso a los recursos de la Curia y del Estado Vaticano, lo cual puede generar nuevas obligaciones fiscales.
Según la legislación estadounidense, los ciudadanos con cuentas bancarias en el extranjero que superen los 10.000 dólares deben notificarlas a las autoridades fiscales. Este punto podría aplicarse al Papa si mantiene su ciudadanía estadounidense.
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