En un encuentro con trabajadores de la justicia en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV subrayó la necesidad de una justicia que promueva el bien común y proteja a los más vulnerables.
El Papa León XIV se reunió en la Plaza de San Pedro con los participantes del Jubileo de los Trabajadores de la Justicia. Durante el evento, el Pontífice pidió que la justicia sea la base de la sociedad, promoviendo el bien común y protegiendo a los más débiles en un mundo afectado por tensiones y desigualdades. Subrayó que muchos pueblos sufren condiciones inhumanas y destacó la importancia de aplicar las enseñanzas de san Agustín sobre la justicia en el Estado.
El acto comenzó con un saludo del arzobispo Rino Fisichella, y el Papa fue recibido por una multitud de magistrados, abogados y representantes de diversas instituciones. En su discurso, León XIV enfatizó que la justicia es una virtud cardinal esencial para el desarrollo ordenado de la sociedad. Destacó que la justicia debe respetar los derechos de cada persona y promover la equidad y el bien común, protegiendo a los más vulnerables.
El Pontífice también señaló que la justicia debe desempeñar un papel central en la convivencia humana, más allá de la mera aplicación de la ley. Insistió en que la verdadera igualdad no es solo formal, sino que debe garantizar la dignidad y oportunidades para todos. León XIV abogó por una justicia que busque la reconciliación y la reparación del mal, inspirada en la justicia evangélica y el mandamiento del amor.
En sus palabras finales, el Papa León XIV recordó la bienaventuranza de tener "hambre y sed de justicia", animando a los presentes a buscar una justicia mayor que trascienda las situaciones particulares. Enfatizó que esta requiere un esfuerzo personal para interpretar la ley de manera humana y aspirar a una justicia más plena.