El Papa León XIV aborda las cuestiones LGTB en su primera entrevista como pontífice, subrayando la importancia de evitar polarizaciones sin alterar la doctrina de la Iglesia.
El libro biográfico de Elise Ann Allen recoge extensas declaraciones del Papa León XIV sobre la homosexualidad, el matrimonio y la acogida de personas LGTB en la Iglesia. En esta obra, se incluye una entrevista exclusiva realizada en julio de 2025, en la que el Santo Padre reflexiona sobre los debates en torno a las cuestiones LGTB dentro de la comunidad católica. "Cualquier tema relacionado con las cuestiones LGBTQ es altamente polarizador", reconoció, asegurando que su intención es no profundizar esa división. El Papa Prevost recordó la enseñanza de su predecesor: "Todos, todos, todos", para remarcar que la Iglesia debe acoger a cada persona "no por su identidad específica, sino porque es hijo o hija de Dios".
El Papa León XIV afirmó que los fieles desean cambios doctrinales, pero que antes de modificar la enseñanza eclesial "tenemos que cambiar las actitudes", insistiendo en que no prevé alteraciones en la doctrina sobre la sexualidad o el matrimonio "al menos en un futuro cercano". En esa misma línea, defendió la visión del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, bendecida en el sacramento, aunque reconoció que esta afirmación genera rechazo en algunos sectores.
Aludió a prácticas en el norte de Europa donde se publican rituales para bendecir a parejas del mismo sexo, lo cual calificó de contrario al documento Fiducia Supplicans aprobado por Francisco, que permite bendecir a las personas, pero no formalizar ritos que contradigan la enseñanza de la Iglesia. Lejos de un tono condenatorio, subrayó que "eso no significa que esas personas sean malas", e hizo un llamamiento a comprender y respetar a quienes toman decisiones distintas en su vida.
Reconoció que habrá quienes pidan el reconocimiento del matrimonio homosexual o de las personas trans, pero puntualizó que, aunque los individuos son aceptados y recibidos, "la enseñanza de la Iglesia continuará como está". El Papa también defendió la necesidad de apoyar a las familias tradicionales, definidas como padre, madre e hijos, cuyo papel en la sociedad considera debilitado en las últimas décadas y que, a su juicio, debe fortalecerse nuevamente.
Finalmente, en la entrevista reconoció que el debate sobre la identidad sexual es percibido de forma distinta en diversas culturas. Recordó las palabras de un cardenal oriental, que le advirtió que "el mundo occidental está obsesionado con la sexualidad", mientras que en otras regiones este no es un tema central en la forma de relacionarse. Con ello quiso subrayar la diversidad de percepciones dentro de la Iglesia universal y su empeño en no alimentar la confrontación.