Bajo el título 'Entornos seguros', el obispo de la diócesis de Palencia, monseñor Mikel Garciandía Goñi, ha dedicad su escrito semanal al tema de los abusos en el seno de la Iglesia.
El obispo de Palencia no esconde que en España "dejamos una sociedad más tradicional y unitaria, en la que la fe católica jugaba un papel predominante, y nos adentramos en unos tiempos en los que la secularización ha ido horadando los cimientos de las viejas certidumbres sociales". Ante esta tesitura, Garciandía señala que "como Iglesia, podemos llorar el final de la era de cristiandad, o podemos simplemente aceptar y abrazar nuestro tiempo, en el que otros agentes sociales y sensibilidades suponen una genuina y auténtica provocación para nuestra fe".
Entrando en el tema de los abusos el "abominable crimen de la pederastia", el obispo de origen navarro reconoce que estas "prácticas ocultadas largo tiempo" también se han dado en la iglesia católica.
El Obispo de Palencia hace una enumeración de algunas causas que considera que pueden propiciar los abusos en la Iglesia como "una inadecuada formación en la afectividad, una cultura represiva que convertía el sexo en un tabú, el rigorismo moral, la hipocresía de las personas más “respetables”".
Otro frente que abre monseñor Mikel Garciandía y de lo que dice estar convencido, es que también ha influido negativamente "la revolución sexual iniciada en los años 60 en los Estados Unidos y en el mayo del 68 de París" ya que "justificaron una visión puramente lúdica y desconectada de la sexualidad respecto de la paternidad-maternidad, y de la vocación del ser humano al amor".
"Se socavó la idea de familia, y el rigorismo dio paso a un laxismo en el que la parte poderosa se sentía legitimada para experimentar nuevas experiencias. En círculos culturales franceses, se legitimaba la pederastia como conducta de vida", añade el prelado palentino.
Monseñor Mikel Garciandía asegura que "la aparición de casos de pederastia en el clero en los años 90, y su publicación masiva (no siempre cierta) en el entorno del choque de los USA con Juan Pablo II con motivo de la primera guerra del Golfo, ocasionaron oleadas de denuncias que obligaron a la Iglesia a ir tomando en serio esta terrible cuestión".
El obispo de Palencia señala en su escrito que fue en tiempos de Benedicto XVI cuando se comenzó a "sistematizar una respuesta nítida y adecuada: poner a la víctima en el centro, denunciar y acudir a la vía judicial civil, y cumplir la norma canónica".
En este sentido, el obispo subraya que "el hecho de que estas prácticas y las denuncias presentadas en España sean mayoritariamente de los años 50 o 60, no es razón para la tranquilidad y para bajar la guardia". Mikel Garciandía defiende que desde la Conferencia Episcopal Española y las congregaciones religiosas "es mucho el trabajo realizado y los avances a la hora de abordar unas prácticas que además del abuso sexual, incluyen el abuso de poder y el abuso de conciencia"
"Nos va la vida a cuantos tenemos como misión llevar el Evangelio a todos, y propugnar una sociedad en la que la atención y el cuidado del otro, nunca sean tapadera para actitudes de manipulación y abuso", concluye el obispo de Palencia
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