El párroco gay de El Álamo sigue en su puesto pese al escándalo público

El sacerdote Aroldo Herrera Carmona, párroco de El Álamo, en la Diócesis de Getafe, continúa en su puesto tras hacerse públicas imágenes y mensajes suyos de contenido gay en redes sociales y aplicaciones de citas. La falta de medidas por parte del obispado ha generado una profunda conmoción entre los fieles.

Aroldo Herrera Carmona ha sido identificado como titular de una cuenta pública en Instagram bajo el nombre @morenazo0378, desde la cual difundía frases como “no más soltería, allí está el currículum” y “estado civil: viviendo la vida al 100”, acompañadas de fotografías en ropa interior y en poses provocativas. Las publicaciones han escandalizado a numerosos feligreses, especialmente por su carácter abiertamente gay y su difusión libre en Internet expuesto a niños y adolescentes.

El propio sacerdote ha admitido ser el autor de dicha cuenta, aunque afirma que sus imágenes fueron sustraídas y utilizadas sin permiso en aplicaciones de contactos gay. Sin embargo, lejos de mostrar arrepentimiento, ha justificado públicamente su conducta y ha reprendido a quienes la consideran incompatible con su estado sacerdotal.

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Según ha trascendido, la Diócesis de Getafe le habría solicitado únicamente que eliminara el contenido de sus redes, sin adoptar por el momento ninguna otra medida disciplinaria. El párroco asegura que “al obispo no le ha parecido que haya pecado en las fotos”, motivo por el cual continúa ejerciendo su ministerio pastoral con normalidad.

En el momento de la redacción de esta noticia Aroldo Herrera Carmona permanece al frente de la parroquia de El Álamo. Esta situación ha acrecentado la perplejidad y el malestar entre numerosos fieles, que reclaman una respuesta clara y firme ante un escándalo público de naturaleza gay en el seno de la Iglesia. El contraste entre la vida oculta del párroco y la intensa actividad pastoral de la parroquia —con celebraciones litúrgicas, catequesis, peregrinaciones y numerosas iniciativas juveniles— acentúa aún más el desconcierto de quienes esperaban un testimonio ejemplar por parte de su pastor.