El Pontífice expresó su preocupación por las violentas protestas en Madagascar, que han dejado más de 20 muertos, y llamó a promover la justicia y el bien común para alcanzar la armonía social.
Al concluir la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV expresó su preocupación por la situación en Madagascar, país del este de África que ha sido escenario de violentas protestas. Las manifestaciones, lideradas por grupos juveniles, surgieron en respuesta a la crisis económica y social, agravada por cortes de agua y electricidad. Los enfrentamientos con la policía han dejado más de 20 muertos y cientos de heridos, según cifras de la ONU.
El Pontífice manifestó su tristeza por los acontecimientos y pidió que se evite toda forma de violencia. En su llamamiento, subrayó la importancia de promover la justicia y el bien común para alcanzar la armonía social. Las protestas en Madagascar, inspiradas por movimientos similares en Kenia y Nepal, son las más grandes que el país ha experimentado, reflejando el descontento de millones de malgaches ante la corrupción y el colapso de infraestructuras.
Las manifestaciones han llevado al presidente Andry Rajoelina a destituir a su gobierno. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Madagascar ha cuestionado las cifras de víctimas proporcionadas por la ONU, calificándolas de rumores. Mientras tanto, se ha convocado una nueva movilización nacional, animando a los empleados públicos a unirse a una huelga general, con protestas extendiéndose a otras ciudades como Diego Suárez.