El arzobispo Francisco José Prieto Fernández destacó la importancia del Camino de Santiago y la necesidad de esperanza en su homilía durante la celebración de la Traslación del Apóstol en Compostela.
La celebración de la Traslación del Apóstol Santiago en la Catedral de Compostela la presidió Francisco José Prieto Fernández, arzobispo de Santiago. Durante la ceremonia, el presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices, realizó la Ofrenda Nacional como Delegado Regio. En su intervención, Santalices resaltó la importancia del Camino de Santiago como cauce de valores culturales y cristianos, y apeló al diálogo, la convivencia y la protección de los más necesitados.
En la homilía, el arzobispo enmarcó la jornada en una perspectiva histórica y espiritual, con referencia a Vicente Risco. Subrayó que la Catedral es un "santuario de fe" y que la Traslación del Apóstol celebra la transmisión del Evangelio. Ante un tiempo marcado por la incertidumbre y los conflictos, insistió en la necesidad de esperanza y recordó las palabras del Papa León XIV sobre "trazar nuevos mapas de esperanza". A su vez, recalcó que la fe es un modo responsable de habitar el mundo, y no una evasión de la realidad.
Prieto reflexionó también sobre el testimonio cristiano en la sociedad actual a la luz de los Hechos de los Apóstoles. Defendió la centralidad de la conciencia personal y afirmó que la fe debe ofrecerse como aportación al bien común. Del mismo modo, sostuvo que gobernar es una vocación de servicio, no de dominio, y que la persona humana ha de ser el criterio fundamental de toda acción política y social.
Desde Santiago de Compostela, dirigió igualmente su mirada a Europa, a la que invitó a reafirmar sus valores de dignidad y solidaridad. Al tratar la crisis de la vivienda y la migración, recordó que se trata de personas concretas, no de estadísticas. Citó al Papa Francisco en "Fratelli tutti" y subrayó que la fraternidad debe traducirse en decisiones concretas, y que acoger e integrar fortalece a la sociedad.
Ya en el tramo final, el arzobispo animó a todos a ser "sembradores de esperanza" mediante gestos cotidianos de honestidad y solidaridad. Encomendó a la intercesión del Apóstol Santiago a los pueblos de España y Galicia, y elevó una oración por las autoridades públicas. La celebración se presentó, además, como invitación a "caminar juntos" hacia el Año Santo Compostelano 2027, con la apertura de la Puerta Santa como signo de gracia y futuro.
