Las autoridades de Nueva Jersey han acusado a un exdirector financiero parroquial de apropiarse indebidamente de más de medio millón de dólares en fondos eclesiásticos.
Funcionarios del estado de Nueva Jersey han presentado cargos contra Joseph Manzi, quien se desempeñaba como director financiero de la parroquia San Leo el Grande en Lincroft, por el presunto robo de más de 500.000 dólares de los fondos de la iglesia. Manzi enfrenta cargos de robo en segundo grado por apropiación ilícita, tras haber sido objeto de una demanda civil en agosto, donde se le acusaba de utilizar "de manera sistemática, secreta y deshonesta" los fondos parroquiales para su beneficio personal, alcanzando una suma superior a 1,5 millones de dólares.
En un comunicado de prensa del 17 de octubre, la oficina del Fiscal General de Nueva Jersey, Matthew Platkin, confirmó que Manzi ha sido formalmente acusado de este delito. Platkin señaló que Manzi empleó los fondos "no para alimentar a su familia o por alguna emergencia, sino para llevar un estilo de vida más lujoso". Manzi dejó de trabajar en la parroquia de Lincroft en junio de este año, momento en el cual el personal de la iglesia revisó los extractos de tarjetas de crédito y descubrió "numerosos cargos no autorizados que supuestamente beneficiaban a Manzi personalmente".
El estado alega que Manzi utilizó los fondos robados para pagar "proveedores de eventos, reparaciones de vehículos, financiamiento y compras, incluyendo un SUV Cadillac", así como para adquirir ropa de lujo, entradas para eventos deportivos y "excursiones de pesca chárter". Manzi se enfrenta a una posible condena de hasta 10 años de prisión y multas de hasta 150.000 dólares. No está claro por qué la oficina del fiscal acusó a Manzi de un robo de aproximadamente un millón de dólares menos que lo alegado en la demanda civil de agosto. La oficina del fiscal general no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios el 18 de octubre para aclarar las cifras.
En su sitio web, la parroquia de San Leo el Grande afirmó que la controversia "no impedirá que la Parroquia de San Leo el Grande trabaje cada día para vivir nuestra misión: servir a los feligreses y a la comunidad en el nombre de Dios con el mayor amor y compasión". La parroquia pidió a todos "permanecer unidos en nuestra fe compartida y rezar por una conclusión rápida y justa de este capítulo preocupante".