La Iglesia en Hispanoamérica experimenta un vigor notable, confirmado por el aumento de católicos, el fortalecimiento del laicado y el dinamismo de su acción educativa y caritativa. Mientras Europa atraviesa una fase de declive, los países hispanohablantes de América constituyen hoy uno de los pilares más firmes de la vida eclesial universal. Los datos han sido publicados con motivo de la Jornada Misionera Mundial, que se celebra el 19 de octubre de 2025.
Según el Annuario Statistico della Chiesa, el número de católicos en América asciende ya a 671,8 millones, con un incremento de 5,6 millones en un solo año. Esta región representa el 64,2 % de su población total, la proporción más alta del mundo. En este contexto, Hispanoamérica concentra la mayor parte de los fieles, configurándose como un continente marcadamente católico en cultura, historia y estructura social.
En el último año se ha producido un significativo aumento del número de catequistas (+30.667) y misioneros laicos (+29.652), alcanzando cifras que demuestran un compromiso generalizado de los bautizados en la transmisión de la fe. La acción evangelizadora, especialmente en zonas rurales, comunidades indígenas y periferias urbanas, se sostiene en buena parte gracias a este voluntariado católico organizado y perseverante.
El número de diáconos permanentes también ha crecido (+1.257), consolidando una forma de ministerio estable cada vez más integrada en las parroquias. Actualmente, hay 34.322 diáconos en América, de los cuales 34.179 pertenecen al clero diocesano. Este dato pone de relieve una estructura pastoral que apuesta por la colaboración y la complementariedad entre ministerios ordenados y laicales.
En el ámbito educativo, la Iglesia hispanoamericana gestiona más de 21.000 escuelas primarias, cerca de 12.000 secundarias y acoge a más de 3,3 millones de estudiantes en niveles superiores y universitarios. Miles de congregaciones religiosas, así como institutos diocesanos, sostienen esta red formativa que ha sido clave en la historia reciente de la región, sobre todo en contextos de pobreza y exclusión.
La presencia social de la Iglesia se expresa también en 1.391 hospitales, 3.520 dispensarios, más de 3.000 casas para ancianos y 2.127 orfanatos. La dimensión caritativa se despliega desde parroquias, centros diocesanos y organizaciones eclesiales de desarrollo, reafirmando una identidad pastoral que une anuncio, celebración y servicio.
En cuanto al clero, América cuenta con 84.513 sacerdotes, aunque ha experimentado un descenso de 800 en el último año. Esta pérdida se explica por la jubilación de generaciones mayores y la disminución de seminaristas mayores (27.376, con 362 menos). No obstante, la cifra de seminaristas religiosos ha crecido en 244, lo que indica un repunte vocacional en varios institutos presentes en el continente.
El informe también registra la existencia de 71 circunscripciones eclesiásticas en América bajo la dependencia del Dicasterio para la Evangelización, prueba de que muchos territorios continúan en fase misionera o de implantación. En este sentido, Hispanoamérica es tanto campo de misión como fuente de misioneros, siendo cada vez mayor el número de presbíteros y consagrados enviados a Europa, África y Asia.
A pesar del dinamismo eclesial observado, persisten desafíos como secularización creciente, sincretismo religioso e ideologización del discurso religioso junto a fragilidades formativas. La respuesta pastoral requiere fidelidad doctrinal clara catequesis comprometida con tradición viva Iglesia plena comunión Papa obispos.