El Vaticano destina un millón de dólares mensuales a los católicos palestinos a través de la misión de los Caballeros de la Tierra Santa, en un esfuerzo por detener la creciente crisis en la región.
La comunidad católica en la Tierra Santa enfrenta uno de los periodos más difíciles de su historia reciente, afectada por la guerra en Gaza y la alta tasa de desempleo que ha alcanzado al 75% de los jóvenes cristianos. La situación se ha agravado debido a la interrupción de programas de ayuda internacional y las restricciones de movimiento impuestas por los conflictos en la región. En este contexto, el Patriarcado de Jerusalén, junto con el Orden del Santo Sepulcro, ha intensificado sus esfuerzos para proporcionar apoyo económico y social a los cristianos palestinos.
El Orden del Santo Sepulcro, bajo la dirección del Papa León XIV, ha sido fundamental en la provisión de recursos financieros, destinando casi un millón de dólares mensuales para mantener operativas 44 escuelas católicas y asegurar la educación de 19.500 estudiantes. Este apoyo representa el 20% del presupuesto anual del Patriarcado, cubriendo áreas como la educación, actividades pastorales, seminarios, instituciones y ayuda humanitaria, según Sami El Yousef, administrador delegado del Patriarcado.
El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén, y el cardenal Fernando Filoni, líder del Orden del Santo Sepulcro, firman anualmente un memorando de entendimiento para dirigir los fondos según las necesidades locales. Además, se han establecido centros de apoyo y formación en lugares como Beit Jala, Ramallah y Jerusalén, para ayudar a los laicos a enfrentar las difíciles condiciones de vida.
El Gobernador del Orden del Santo Sepulcro, Leonardo Visconti di Modrone, ha destacado la importancia de mantener la presencia cristiana en la región para evitar que los lugares sagrados se conviertan en meros sitios turísticos. La estabilidad social y política del Oriente Próximo depende en parte de esta presencia, y el Vaticano está comprometido a brindar el apoyo necesario para asegurar el futuro de la comunidad cristiana local.