En los Jardines Vaticanos se ha inaugurado un mosaico de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, en una ceremonia que reunió a destacados representantes religiosos y diplomáticos.
Esta mañana, martes 9 de septiembre, tuvo lugar en los Jardines Vaticanos la ceremonia de bendición de un mosaico dedicado a la Virgen de Luján, patrona de Argentina. El evento contó con la presencia de diversas autoridades religiosas y diplomáticas, entre ellas el embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo María Beltranino, quien pronunció un discurso en representación de su país. También asistieron el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, quien ofreció un saludo; el vice decano del Colegio Cardinalicio, el cardenal Leonardo Sandri, encargado de guiar el rito de bendición de la obra, seguido de una oración y un canto a la Virgen María; y el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente emérito del Gobernatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, quien expresó su agradecimiento.
El embajador argentino destacó que la Virgen de Luján es considerada "el corazón espiritual" de Argentina, recordando su papel como símbolo de unidad y esperanza desde 1630. Invocando su protección para el pueblo argentino, Beltranino solicitó que la Virgen acompañe el pontificado del Papa León XIV, "inspirando caminos de paz, fraternidad, diálogo y justicia". El diplomático también resaltó el apoyo del Papa Francisco a esta iniciativa, quien desde el principio alentó la presencia de la imagen en el Vaticano. La ceremonia fue un gesto de "gratitud por la protección materna de María a lo largo de nuestra historia y de comunión con una Iglesia que en cada cultura descubre un rostro de la Madre de Dios", afirmó el embajador.
En su intervención, el Cardenal Parolin subrayó el valor simbólico de la inauguración: "Este gesto afectuoso evidencia los lazos de concordia y amistad que unen a este querido país sudamericano con la Santa Sede". El secretario de Estado describió los elementos artísticos del mosaico, como el cielo representado con teselas azules y celestes que evocan la vida eterna, y un marco de flores cerámicas que simbolizan la vida y la belleza. Insistió también en el significado espiritual de la obra, inspirada en una pequeña imagen encontrada en el interior de una casa, como signo de una fe vivida en la cotidianidad. Invitó a todos a rezar a María, Reina de la Paz, por el fin de las guerras y por la protección del pueblo argentino bajo el manto de la Virgen de Luján.
El cardenal Fernando Vérgez Alzaga pronunció un discurso agradeciendo nuevamente por esta significativa obra. Reiteró que entronizar a la Virgen de Luján no es solo un acto artístico o ceremonial, sino sobre todo una expresión viva devocional que no olvida sus raíces culturales ni espirituales. Vérgez añadió que esta obra se une a otras devociones marianas latinoamericanas representadas en los Jardines Vaticanos, recordando así el aliento del Papa Francisco. También mencionó al beato cardenal Eduardo Pironio, profundamente ligado al Santuario de Luján. Agradeció a las autoridades civiles y religiosas presentes, así como a los benefactores que hicieron posible esta obra artística. Finalmente, citó una oración del beato Pironio: "No dejéis Luján sin decir sí al Señor cada día y sin hacer, con generosidad, todo lo que Él nos pide. Seremos inmensamente felices si lo hacemos".
La obra fue realizada por la artista argentina Florencia Dellucchi, quien relató haberse inspirado en una imagen particular que uno de los benefactores, Mario Montoto, tenía en su hogar: "Se u