La catedral de Notre-Dame acoge la beatificación de los 50 mártires del STO

La catedral de Notre-Dame acoge la beatificación de los 50 mártires del STO

El cardenal Jean-Claude Hollerich SJ preside la ceremonia en París, donde se reconoce el martirio de Víctor Dillard SJ y otros 49 franceses por su resistencia cristiana al nazismo.

La catedral de Notre-Dame de París acogió la beatificación de los 50 mártires del apostolado, en una ceremonia presidida por el cardenal Jean-Claude Hollerich SJ. Entre los nuevos beatos figura Víctor Dillard SJ, único jesuita del grupo. El Papa León XIV había reconocido su martirio junto al de otros 49 franceses vinculados al Servicio de Trabajo Obligatorio (STO) impuesto por la Alemania nazi. Estos mártires, que incluyen laicos, seminaristas, franciscanos y sacerdotes diocesanos, son recordados por su firme resistencia cristiana frente al totalitarismo nazi.

Víctor Dillard, nacido en Blois en 1897, vivió las dos guerras mundiales. Tras participar en la Primera Guerra Mundial, ingresó en la Compañía de Jesús en 1919. Se distinguió como profesor y prefecto, aplicando una pedagogía innovadora para su época. Acompañó a jóvenes en la Juventud Estudiantil Católica (JEC) y la Juventud Obrera Católica (JOC), mientras se formaba en teología, derecho y economía política. En 1942 defendió una tesis sobre la evolución monetaria en Francia. Además, viajó a varios países, entre ellos Estados Unidos, donde tuvo ocasión de conocer al presidente Roosevelt.

Desde 1937 colaboró con los jesuitas de la Action Populaire, promoviendo la Doctrina Social de la Iglesia y publicando numerosos artículos. Durante la Segunda Guerra Mundial fue detenido y organizó retiros espirituales como prisionero antes de lograr escapar. En Vichy brindó apoyo espiritual a diversos grupos perseguidos. En 1943 se incorporó clandestinamente al STO como capellán, desempeñando un trabajo eléctrico en la cuenca del Ruhr. Su testimonio cobra especial relevancia ante la prohibición nazi de asistencia religiosa a los trabajadores franceses.

Fue arrestado en abril de 1944 y deportado al campo de concentración de Dachau, donde falleció a los 47 años víctima de una septicemia. Durante su breve cautiverio destacó por su humildad y entrega abnegada. Antes de morir pronunció estas palabras: "Ofrezco mi vida por la Iglesia y por la clase obrera". Su figura representa fielmente la misión jesuita de acompañar y sostener la esperanza cristiana en medio de la opresión.

La beatificación de los ‘50 del STO’ rescata relatos silenciados por el conflicto bélico y subraya el testimonio evangélico frente a los totalitarismos modernos. En Víctor Dillard, la Iglesia honra a un mártir que encarnó con su vida el servicio pastoral a los más vulnerables, sellando con su sacrificio una fidelidad inquebrantable a Dios y a su pueblo.

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Ariadna Montoya
Ayer
La beatificación de los mártires del STO en Notre-Dame invita a reflexionar sobre la resistencia cristiana ante el totalitarismo y el sacrificio de figuras como Víctor Dillard. En un contexto de creciente secularización, es vital preguntarnos cómo el laicado puede defender la dignidad humana y servir a los más vulnerables.
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