El cardenal Angelo Becciu ha sido nuevamente absuelto de algunas de las acusaciones en su contra, aunque aún enfrenta una condena por malversación de fondos.
El Tribunal de Apelación del Vaticano confirmó el pasado jueves 25 de septiembre la absolución de algunas de las acusaciones contra el cardenal Angelo Becciu y otros ocho imputados por irregularidades financieras, en un proceso que también resultó en una condena de cinco años y medio de cárcel para Becciu por malversación de fondos. En esta tercera sesión, el tribunal, presidido por el juez español Alejandro Arellano Cedillo, declaró "definitiva" la sentencia de primera instancia del 16 de diciembre de 2023, sobre la cual se basará el juicio de apelación. Las partes han sido citadas para el próximo lunes 6 de octubre para la audiencia en segundo grado del proceso vinculado a la Secretaría de Estado vaticana.
La apelación se desarrolló a lo largo de la semana, luego de que el promotor de justicia vaticana, Alessandro Didi, solicitara una revisión de la sentencia de 2023, considerándola demasiado leve, según informó la agencia EFE. Este prolongado proceso se originó por la compra de un edificio en Londres por la Secretaría de Estado vaticana cuando Becciu era su número dos (2011-2018), operación que generó un déficit de 139 millones de euros en las cuentas de la Santa Sede. La sentencia en primer grado condenó a diversas penas a nueve de los diez imputados, entre ellos el administrativo vaticano Fabrizio Tirabassi, los exasesores financieros Enrico Crasso y Raffaele Mincione, el abogado Nicola Squillace, el corredor Gianluigi Torzi y la exasesora del purpurado, Cecilia Marogna. El único completamente absuelto fue el secretario del cardenal, Mauro Carlino.
El juicio en apelación comenzó el lunes 22 de septiembre, bajo el pontificado de León XIV tras el fallecimiento del Papa Francisco, con una petición de recusación del fiscal vaticano por parte de algunos acusados, quienes le reprochan haber realizado mal sus investigaciones. La decisión del tribunal de mantener las absoluciones dictadas en primera instancia fue celebrada por el cardenal Becciu, a quien Francisco retiró sus derechos cardenalicios por este caso y que renunció a participar en el cónclave tras su muerte. "Es una buena señal pero todavía queda camino por recorrer", afirmó el purpurado italiano, quien siempre ha defendido su inocencia.