El sacerdote español Francisco José Vegara Cerezo ha dirigido una carta abierta al Papa León XIV, abordando la cuestión teológica "De Auxiliis" y lamentando la apatía de la Iglesia respecto a este crucial debate sobre la gracia divina y la libertad humana.
El reverendo Francisco José Vegara Cerezo, perteneciente a la diócesis de Orihuela-Alicante, ha hecho pública una extensa carta dirigida al Papa León XIV, en la que reflexiona sobre la histórica controversia teológica conocida como "De Auxiliis". Este debate, que se centra en la relación entre la gracia divina y la libertad humana, ha sido objeto de intensas discusiones a lo largo de los siglos. Vegara lamenta que, en la actualidad, la Iglesia haya caído en una especie de apatía respecto a este tema, que considera vital no solo para la vida espiritual de los fieles, sino también para el diálogo ecuménico con el protestantismo, cuya ruptura histórica con Roma se centró precisamente en la doctrina de la gracia.
El sacerdote denuncia el desinterés doctrinal que percibe en la Iglesia sobre esta cuestión y señala que, mientras el catolicismo parece haber renunciado a profundizar en ella, el protestantismo mantiene una ventaja pastoral al seguir debatiéndola, aunque sea desde planteamientos que Vegara considera erróneos. En su carta, ofrece una reflexión personal sobre la naturaleza del mal, la acción de la gracia en el intelecto y la voluntad, la libertad del hombre para rechazarla y el papel del sufrimiento como resistencia psicológica frente al don sobrenatural.
Vegara realiza un análisis crítico de las principales corrientes católicas, como el bañecianismo y el molinismo, y advierte de los riesgos de caer tanto en el predestinacionismo protestante, que elimina la libertad humana, como en un semipelagianismo práctico, que absolutiza la libertad hasta el punto de reducir la gracia. Frente a estas posturas, plantea que el verdadero equilibrio reside en reconocer que la gracia es absolutamente necesaria y activa, mientras que la libertad humana se manifiesta únicamente en un sentido negativo y determinante: puede rechazar la gracia, pero no producirla.
Finalmente, subraya que este debate no es meramente académico, sino que tiene consecuencias directas en la espiritualidad de los fieles, desde el quietismo pasivo hasta la ascética voluntarista, pasando por concepciones deformadas de la vida cristiana. Para Vegara, la clave está en la humildad confiada, que reconoce que todo bien procede exclusivamente de la gracia, y en una espiritualidad marcada por la infancia evangélica, donde el mérito humano consiste únicamente en no resistirse a la obra de Dios.