León XIV insta a los ermitaños a ser testigos de la oración y el silencio en la era digital
El Papa León XIV ha instado a los ermitaños a ser "custodios y testigos" de la oración y el silencio en un mundo cada vez más alienado por la tecnología.
En un encuentro celebrado el 11 de octubre en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Papa León XIV dirigió un mensaje a un grupo de eremitas italianos, subrayando la importancia de su vocación en el contexto actual. El Santo Padre destacó que, en un mundo cada vez más alienado por la exterioridad mediática y tecnológica, es esencial una llamada a la interioridad y al silencio, fomentando el contacto con uno mismo, el prójimo, la creación y Dios.
El encuentro tuvo lugar en el marco del Jubileo de la Vida Consagrada, celebrado del 8 al 9 de octubre. León XIV enfatizó que la vocación de los eremitas no es una huida del mundo, sino una regeneración del corazón, capaz de escucha y acción creadora, inspirada por la caridad divina. "Su alejamiento del mundo no le separa de los demás, sino que le une en una solidaridad más profunda", afirmó el Papa Prevost.
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El Santo Padre resaltó la relevancia de los eremitas en la vida de la Iglesia, especialmente en zonas rurales y contextos urbanos complejos, donde su presencia se convierte en un oasis de comunión con Dios y con los hermanos. "Vuestra simple presencia y vuestro testimonio orante, a través de la comunión con el obispo y las relaciones fraternas con los párrocos, se hacen preciosos y fecundos", añadió.
León XIV también subrayó la importancia de la herencia recibida de los Padres de la Iglesia, instando a los ermitaños a interpretar los nuevos desafíos espirituales con creatividad. "Es el Paráclito quien os abre al diálogo con todos los buscadores de sentido y de verdad", comentó el Santo Padre, animando a los ermitaños a guiar la búsqueda espiritual de los demás.
Finalmente, el Papa Prevost exhortó a los eremitas a ser intercesores en favor de la humanidad, manteniendo la mirada fija en Jesús y navegando con toda la Iglesia hacia el Reino del amor. "La soledad orante genera comunión y compasión por todo el género humano", concluyó León XIV.
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