El obispo auxiliar de Madrid recibe a los coros diocesanos en la Almudena
Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid, recibió a los coros de once colegios diocesanos en la Catedral de la Almudena, donde los niños interpretaron villancicos en el marco del Adviento.
El pasado viernes 12 de diciembre tuvo lugar en la catedral de la Almudena el II Encuentro de Coros de Colegios Diocesanos, organizado por la Delegación Episcopal de Catequesis. En esta edición participaron once de los dieciocho centros educativos diocesanos de Madrid, superando así la asistencia del año anterior. El acto se ha consolidado como una tradición que fomenta el sentido de pertenencia más allá del ámbito individual de cada colegio.
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Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid, recibió a los niños en el templo, donde rezaron un avemaría en honor a la Virgen María dentro del tiempo litúrgico del Adviento. Durante el encuentro, los pequeños mostraron gran entusiasmo al interpretar villancicos, muchos visitando por primera vez tanto la catedral como el centro histórico madrileño. La experiencia resultó especialmente significativa para ellos, quienes llevaban meses preparándose para esta cita.
El programa incluyó interpretaciones destacadas como Los Campanilleros, a cargo del Colegio Arzobispal, y Emmanuel, interpretado por el Colegio Diocesano Cristo de la Guía. Los profesores y directores de coro acompañaron a los niños, cuyas voces transmitieron la belleza y solemnidad propias del tiempo navideño. Conviene precisar que la asignatura de Coro es voluntaria y cuenta con un compromiso serio por parte de los alumnos.
El obispo auxiliar subrayó la importancia de ser "música de Dios" y animó a esperar con alegría el nacimiento del Señor, abriendo el corazón sin reservas. Por su parte, Gonzalo, capellán del Colegio María Inmaculada Joaquín Turina, destacó que los villancicos constituyen una tradición valiosa en España que no debe perderse. Asimismo, Pedro Lamata, capellán del colegio San Bernardo, recordó que esta costumbre vincula a las nuevas generaciones con Dios y representa un tesoro heredado de quienes les precedieron.
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