La celebración de la Palabra por parte de una mujer en ausencia de un presbítero ha generado una intensa controversia en España, al cuestionarse la adecuación de su ejecución a las normas litúrgicas establecidas.
La reciente actuación de Almudena Suárez, designada por el Obispado de Tuy-Vigo para presidir una celebración de la Palabra, ha suscitado un debate en el ámbito eclesiástico español. En imágenes difundidas por televisión, Suárez aparece en el presbiterio, detrás del altar, con los brazos abiertos, dirigiéndose a los fieles congregados. Esta representación ha sido criticada por contravenir el Directorio para las celebraciones dominicales en ausencia de presbítero, que estipula que el laico no debe ocupar la sede presidencial ni situarse en el presbiterio, y que el altar debe usarse únicamente para colocar el pan consagrado antes de la comunión.
El documento, publicado en 1988 por la entonces Congregación para el Culto Divino, ahora dicasterio, subraya la importancia de evitar cualquier confusión entre estas reuniones y la celebración eucarística. Indica que el laico debe comportarse como uno entre iguales y vestir de manera adecuada a su ministerio, sin utilizar la sede presidencial, que debe estar fuera del presbiterio.
La autorización para que Suárez dirija estas celebraciones se remonta a 2004, cuando el entonces obispo, Monseñor José Diéguez, le otorgó este permiso tras evaluar su formación académica, que incluye una licenciatura en Ciencias Biológicas y Ciencias Religiosas, así como un máster en Doctrina Social de la Iglesia por la Universidad Pontificia de Comillas. Desde entonces, ha desempeñado esta función conforme a la normativa vigente, según fuentes del Obispado.
La Diócesis de Tui-Vigo, sufragánea de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, cuenta con 159 sacerdotes diocesanos, de los cuales 89 están jubilados y 66 en activo, encargados de atender 275 parroquias. A pesar de la colaboración de 47 presbíteros religiosos, la situación es compleja. ACI Prensa intentó contactar con el delegado de Liturgia de la diócesis, sin éxito, y tampoco fue posible obtener declaraciones de Almudena Suárez, debido a que el tema comienza a interferir con su labor docente y su vida personal.