El Gobierno de España ha elegido el proyecto ganador del concurso para la “resignificación” del Valle de los Caídos, aunque no ha dado detalle de cómo afectará al culto en la Basílica Pontificia de la Santa Cruz.
El ministerio de Vivienda y Agenda Urbana comunicó el fallo del jurado, cuyos miembros han elegido el proyecto “La base y la cruz” de Pereda Pérez Arquitectos y Lignum S.L., al considerar que es la propuesta “que con mayor coherencia arquitectónica responde a los requisitos establecidos en las bases del concurso”. Iñaqui Carnicero, secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura del Ministerio de Vivienda y presidente del jurado, explicó que esta intervención busca dar “más protagonismo a la naturaleza que a la arquitectura, y se rompe la axialidad que tanto había caracterizado este monumento para producir una gran sombra, una grieta que facilita el encuentro, que invita al diálogo y a una visión más plural, más democrática”. El pliego de condiciones técnicas publicado el pasado mes de abril, indica que el Gobierno de España no considera como espacios de culto las capillas del Santísimo y del Santo Sepulcro, lo que le permitiría intervenir en ellas.
Sin embargo, aún no se han ofrecido detalles oficiales sobre lo que se realizará en el interior del templo excavado en la montaña. Allí reposan los restos de miles de combatientes de ambos bandos de la Guerra Civil por quienes reza la comunidad benedictina que regenta el lugar. Fuentes conocedoras de las deliberaciones del jurado consultadas por ACI Prensa aseguran que, pese a que en la maqueta presentada no aparecen estas esculturas, no se va a eliminar ni La Piedad, ni los Evangelistas ni las esculturas de las virtudes cardinales. “La Piedad no aparece porque lo que se ha presentado es una maqueta del contorno. Tampoco aparecen otros elementos. Pero en ningún caso se habló de que se fuera a tocar La Piedad”, insisten.
El conjunto monumental del Valle de los Caídos fue edificado por orden del general Francisco Franco al término de la Guerra Civil española. El decreto por el que en 1957 se creó la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, establece que se trata de “un lugar de oración y de estudio donde a la vez que se ofrezcan sufragios por las almas de los que dieron su vida por su fe y por su patria, se estudie y se difunda la doctrina social católica, inspiradora de las realizaciones sociales del régimen”.
“La Cruz grandiosa que preside e inspira el Monumento imprime a esta realización un carácter profundamente cristiano”, añade el decreto, que especifica el carácter reconciliador del conjunto monumental: “Por ello, el sagrado deber de honrar a nuestros héroes y nuestros mártires ha de ir siempre acompañado del sentimiento de perdón que impone el mensaje evangélico. Este ha de ser, en consecuencia, el Monumento a todos los Caídos, sobre cuyo sacrificio triunfen los brazos pacificadores de la Cruz”. El lugar alberga al menos más de 33.000 fallecidos durante el conflicto fratricida de 1936-1939, según se detalla en el sitio web de la comunidad benedictina. La iglesia de la Santa Cruz que fue excavada en la roca, con 262 metros de largo, fue elevada a la categoría de Basílica Menor pontificia por el Papa San Juan XXIII en el año 1960. En 1975, a la muerte de Franco, el Rey Juan Carlos I dispuso que fuera enterrado en la Basílica, de donde fue exhumado en 2019 por decisión del Gobierno presidido por Pedro Sánchez, contra el deseo de la familia.
