El obispo de Zamora, Fernando Valera, ha decidido transformar el palacio episcopal en una residencia sacerdotal para fomentar la vida comunitaria entre presbíteros.
La diócesis de Zamora ha puesto en marcha un innovador proyecto pastoral que busca revitalizar la vida comunitaria entre los sacerdotes mediante la creación de casas de convivencia sacerdotal. La primera de estas casas se establecerá en las dependencias del palacio episcopal de Zamora, donde convivirán varios sacerdotes africanos junto al obispo diocesano, Fernando Valera, y su secretario, Pedro Juan Martínez. Esta iniciativa tiene como objetivo promover un estilo de vida sacerdotal más comunitario, en el que la oración, el diálogo y la ayuda recíproca sean elementos fundamentales del día a día.
El proyecto se enmarca en un estilo de vida que el propio obispo ha mantenido desde su llegada a Zamora, compartiendo su hogar con otros sacerdotes como un signo de fraternidad y servicio mutuo. Además, busca optimizar los espacios diocesanos, dándoles un uso que refleje los valores del Evangelio: acogida, comunión y servicio. La convivencia fraterna pretende ser un signo de apertura universal, integrando presbíteros de distintas procedencias que comparten la misma fe y misión pastoral.
Con esta iniciativa, la diócesis de Zamora aspira a promover un modo de vivir el ministerio sacerdotal más cercano, colaborativo y alegre, en sintonía con las palabras del Papa Francisco, quien invita a los sacerdotes a “caminar juntos, compartiendo la vida y el corazón, en la fraternidad del servicio”. Esta primera casa de convivencia se convierte así en un signo visible de comunión y esperanza, abriendo un nuevo camino para la vida presbiteral en Zamora.