El padre Robert Lisseiko, Superior General de la Orden Basiliana de San Josafat, resalta el papel de los conventos como refugios para desplazados y el apoyo emocional brindado durante el conflicto en Ucrania.
El padre Robert Lisseiko, Superior General de la Orden Basiliana de San Josafat, ha compartido su experiencia sobre la labor pastoral de los religiosos en Ucrania durante el conflicto. En el contexto del Jubileo de la Vida Consagrada, Lisseiko destaca cómo los conventos se han convertido en refugios para muchos desplazados, ofreciendo un espacio donde pueden compartir sus vivencias y encontrar apoyo emocional. Esta interacción no solo beneficia a los refugiados, sino también a los religiosos, ayudándoles a mantener su integridad mental y espiritual.
El padre Lisseiko subraya el desafío diario que enfrentan los religiosos en Ucrania, quienes deben estar preparados para escuchar las difíciles historias de los supervivientes de la guerra. La falta de seguridad y el constante peligro afectan tanto a la población como a los religiosos, quienes también han experimentado la solidaridad de Europa y otros países. Esta situación ha permitido redescubrir valores humanos y cristianos, transformando el trabajo pastoral, ahora centrado en brindar apoyo emocional y espiritual a los afectados por el conflicto.
En este año jubilar, cuyo tema es "la esperanza", el padre Lisseiko reflexiona sobre su significado en tiempos de guerra. Considera la esperanza como una fuerza interior esencial para mantener la integridad personal. A pesar de las dificultades, la vida religiosa tiene la misión de testimoniar que siempre hay un futuro mejor. La fe, aunque puesta a prueba, puede madurar y ofrecer una nueva comprensión de Dios, quien actúa a través de las personas de buena voluntad que ayudan a los necesitados.
Los padres basilianos también contribuyen a aliviar el sufrimiento de la guerra mediante la oración por la paz. Además de acoger a refugiados y escuchar sus historias, los monjes dedican tiempo a la oración, confiando en que Dios les da la fuerza necesaria para resistir en estos tiempos difíciles. La oración se convierte en un pilar fundamental para mantener la esperanza y la resistencia frente a la adversidad.