La Conferencia Episcopal Peruana manifiesta su preocupación por el aumento de la violencia y solicita al Gobierno atender las demandas de seguridad y justicia expresadas por los ciudadanos en las protestas pacíficas.
La Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana ha emitido un comunicado en el que expresa su profunda preocupación por la situación que atraviesa el país, caracterizada por un aumento de la violencia y actos de sicariato en diversas regiones. En el documento, los obispos reconocen el legítimo reclamo de los ciudadanos que se manifiestan pacíficamente, especialmente de los choferes que exigen mayor seguridad y el fin de la violencia en las calles. Subrayan que las protestas pacíficas y sin intereses políticos son un grito justo que merece atención, escucha y solución.
La Conferencia Episcopal también ha exhortado al Gobierno y a las autoridades competentes a escuchar con apertura y responsabilidad la voz del pueblo, que surge del sufrimiento, el miedo y el clamor por justicia y paz. Los prelados han invocado a todos los peruanos a unirse más allá de las diferencias políticas o sociales, en un compromiso común por la paz, el respeto a la vida y la dignidad humana. Enfatizan que no se puede acostumbrar a vivir en medio del temor y la violencia, y que las muertes deben cesar para construir juntos la paz.
El mensaje concluye con una invocación al Señor de los Milagros para que proteja y acompañe al pueblo peruano, especialmente a quienes más sufren, y ayude a construir una sociedad más justa, solidaria y fraterna.