El abad Raffray defiende un renacimiento cristiano y misionero en Francia

En este texto publicado hoy en el medio digital francés lesalonbeige.fr se analiza la intervención del abad Matthieu Raffray en un canal de televisión y su reflexión sobre el papel actual del cristianismo y el redescubrimiento de la fe entre los jóvenes europeos.

Fuente: Des milliers de jeunes découvrent la foi sur les réseaux, parfois sans jamais avoir mis les pieds dans une église - Le Salon Beige — Miles de jóvenes descubren la fe en las redes, a veces sin haber pisado nunca una iglesia - Le Salon Beige

El lunes 8 de diciembre, coincidiendo con la solemnidad católica de la Inmaculada Concepción, el abad Matthieu Raffray, sacerdote del Instituto del Buen Pastor, participó como invitado en el programa de Christine Kelly en el canal de televisión CNews. Durante su intervención, el sacerdote defendió la vigencia del cristianismo en Europa y sostuvo que, pese a la crisis cultural y religiosa que atraviesan las sociedades occidentales, la civilización actual no está acabada. En un mensaje difundido posteriormente en redes sociales, afirmó: “Sí, nuestra civilización toca al final de un ciclo. Pero no, ¡no está muerta! La Historia lo ha demostrado: la fe cristiana siempre renace. Hoy, una juventud redescubre sus raíces y levanta la cabeza. La esperanza vuelve y nada está nunca perdido para quien cree”.

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Raffray insistió en que la misión de la Iglesia en el contexto contemporáneo pasa también por una presencia activa en internet y en las plataformas digitales. En otro de sus mensajes, señaló: “Ser misionero hoy es también anunciar a Cristo en el ‘continente digital’. Las redes no son un fin, sino un terreno de evangelización. Miles de jóvenes redescubren allí la fe, a veces sin haber puesto nunca un pie en una iglesia”. Con estas palabras, el sacerdote subrayó el papel de las redes sociales como espacio de primer contacto con la religión para una parte de la juventud, que se acerca a los contenidos religiosos sin pasar necesariamente por las estructuras parroquiales tradicionales.

El abad Raffray reclamó igualmente una actitud más visible y afirmada por parte de los católicos en la vida pública francesa. En otro mensaje publicado tras su paso por la cadena de noticias, declaró: “Es hora de que los católicos recuperen el orgullo de su fe. Esconder a Cristo no convertirá a nadie. Francia necesita creyentes felices, valientes, capaces de asumir y defender su fe a plena luz del día. La misión comienza por la alegría de ser cristiano”. Con estas afirmaciones, el sacerdote apeló a una presencia cristiana más explícita en la sociedad, vinculando la eficacia de la evangelización con la capacidad de los fieles para manifestar abiertamente sus convicciones religiosas.

En relación con la fiesta de la Inmaculada Concepción, el sacerdote ofreció también una lectura espiritual de esta celebración mariana. En un cuarto mensaje, explicó: “La Inmaculada Concepción es la promesa cumplida: la victoria del bien sobre el mal. En María, concebida sin pecado, Dios recuerda que la pureza y la belleza triunfan SIEMPRE de la decadencia y de la desesperación”. De este modo, Raffray conectó el dogma mariano con una visión de esperanza frente a lo que describe como decadencia moral y desánimo en la sociedad contemporánea, presentando la figura de la Virgen como signo de una victoria definitiva del bien.

Las intervenciones del abad Raffray se difundieron ampliamente a través de su cuenta personal en redes sociales, donde acompañó sus mensajes con fragmentos de vídeo de su participación televisiva. Sus declaraciones se enmarcan en un contexto de debate público en Francia sobre el lugar de la religión en la esfera social y política, así como sobre el papel de los medios de comunicación y de las plataformas digitales en la transmisión de la fe. El sacerdote del Instituto del Buen Pastor insistió en la idea de un renacimiento espiritual entre parte de la juventud y en la necesidad de que los católicos asuman una presencia más visible y confiada en el espacio público, tanto físico como digital.