Hace unos días, en una audiencia informal, el Papa León XIV compartió una de sus ocurrencias más entrañables. Con una sonrisa pícara, comentó que si el fútbol fuera un sacramento, probablemente tendría muchos más fieles en las misas dominicales. Este comentario, aunque en tono de broma, refleja su habilidad para conectar con la gente y abordar temas serios con un toque de humanidad.