El Papa León XIV reúne a 60.000 fieles en el Vaticano y evoca a Juan Pablo II como “testigo de esperanza”
El Papa León XIV congrega a sesenta mil fieles en una multitudinaria Audiencia General, evocando la figura de Juan Pablo II como "testigo de esperanza y guía de los jóvenes".
En una jornada marcada por la devoción y el fervor, el Papa León XIV se dirigió a más de sesenta mil fieles congregados en la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro. Durante el evento, el Santo Padre recordó con especial énfasis la figura de San Juan Pablo II, a quien describió como un "testigo de esperanza y guía de los jóvenes". Dirigiéndose a los fieles polacos presentes, León XIV expresó su deseo de que el legado del pontífice polaco inspire a educadores, catequistas y padres en la formación de las nuevas generaciones.
Conocido por su cercanía y calidez, sorprendió a los asistentes al prolongar su recorrido en el papamóvil descubierto, transitando por la Vía de la Conciliación abarrotada de fieles que no lograron acceder a la plaza. En este ambiente festivo, acompañado por música latinoamericana, el Santo Padre dio prioridad a los niños, quienes fueron acercados por la Gendarmería vaticana para recibir su bendición.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAEn su mensaje, el Papa León XIV también se dirigió a diversas delegaciones de profesionales presentes, como geómetras y contables, recordándoles su deber de ejercer sus profesiones con integridad y ética, contribuyendo al bienestar auténtico de la sociedad. Además, en el día de la memoria litúrgica de Santa Teresa de Ávila, invitó a los fieles a seguir el ejemplo de la santa, fortaleciendo su espíritu en la oración y fijando su mirada en Jesucristo, el único Salvador.
Durante la catequesis, reflexionó sobre la paradoja de la búsqueda de la felicidad en la vida humana, marcada por altibajos emocionales y una constante sensación de carencia. "No hemos sido creados para la falta, sino para la plenitud", afirmó, señalando que la Resurrección de Jesús es la respuesta a la sed de sentido que habita en cada corazón humano. El Santo Padre destacó que la esperanza, a diferencia del optimismo, promete y cumple, y que Jesucristo Resucitado es la fuente que sacia nuestra sed de plenitud.
En su profunda reflexión teológica, León XIV subrayó que la Resurrección no es un mero acontecimiento histórico, sino el evento que transforma la historia desde dentro. Citando a San Agustín, recordó que el misterio de Dios nos atrae sin saciarnos completamente y planteó preguntas fundamentales sobre el sentido de la existencia y el sufrimiento humano. Respondió con fe en Jesús Resucitado como garantía de vida plena y amor eterno.
Concluyendo su mensaje, enfatizó que el camino junto a Cristo nos sostiene y nos renueva incluso en las pruebas más difíciles, ofreciendo una paz profunda y duradera que solo Él puede otorgar al final de nuestro viaje.
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