La Organización Mundial de la Salud ha incluido medicamentos abortivos en su lista de medicamentos esenciales de 2025, eliminando la advertencia previa sobre su uso legal y culturalmente aceptable.
La reciente publicación de la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales 2025 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha suscitado preocupación entre líderes provida, al incluir medicamentos abortivos sin la advertencia que los limitaba a contextos donde fueran legalmente permitidos o culturalmente aceptados. Esta modificación coincide con la celebración del Día Internacional del aborto Seguro, y ha sido criticada por expertos que advierten sobre los riesgos asociados a estos fármacos.
La doctora Ingrid Skop, vicepresidenta del Charlotte Lozier Institute y ginecóloga certificada, expresó su inquietud por la recomendación global de estos medicamentos, señalando que "tienen una tasa de complicaciones cuatro veces mayor que el aborto quirúrgico". Según Skop, "hasta 1 de cada 5 mujeres sufrirá una complicación y 1 de cada 20 requerirá una intervención quirúrgica". Además, un estudio reciente reveló que más de un tercio de las mujeres que utilizaron estos medicamentos no estaban preparadas para el dolor y el sangrado experimentados.
Skop también criticó la recomendación de la OMS de usar estos medicamentos en países del Tercer Mundo con sistemas de salud deficientes, donde la atención de emergencia puede ser limitada o inexistente. Considera que esta acción forma parte de una agenda de "control de población y eugenesia" y urgió a la OMS a centrarse en proporcionar recursos que impacten en la mortalidad materna, como bancos de sangre y cuidados críticos para infecciones.
Por su parte, Michael New, académico asociado del Charlotte Lozier Institute y profesor en la Catholic University of America, calificó la decisión de la OMS como "decepcionante" pero "no sorprendente", destacando el fuerte sesgo pro-aborto de la organización. New criticó la afirmación de la OMS de que restringir el acceso al aborto no reduce su incidencia, señalando que numerosos estudios demuestran lo contrario.
La directora de comunicaciones políticas de Susan B. Anthony Pro-Life America, Kelsey Pritchard, expresó su gratitud por la retirada de Estados Unidos de la OMS en enero, afirmando que "la industria del aborto —incluidos los anillos criminales de medicamentos abortivos extranjeros— está inundando cada estado con estos medicamentos, sean legales o no". Pritchard subrayó los peligros de estos medicamentos, citando evidencia científica y casos reales que muestran los riesgos serios para mujeres, niñas y niños no nacidos.
Además, se anticipa una revisión por parte de la FDA sobre la seguridad de estos medicamentos, con la confianza de que "una vez examinada la evidencia, será innegable lo perjudiciales que son realmente".
En el ámbito legislativo, un proyecto de ley en California permitiría a los proveedores de salud prescribir medicamentos abortivos de manera anónima, lo que podría dificultar la aplicación de leyes en estados donde estos medicamentos son ilegales. Asimismo, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, ha intervenido en un caso legal que desafía la ley de protección del aborto del estado, diseñada para proteger a los abortistas que violan leyes de otros estados.