Fernando Ocáriz anima a los fieles del Opus Dei a vivir su vocación con gratitud, fidelidad y amor creativo

El Prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, exhorta a los fieles a vivir con gratitud y fidelidad su vocación, manteniendo vivo el espíritu y la tradición familiar de la Obra con amor y creatividad apostólica.

El pasado 2 de octubre se conmemoró el aniversario de la fundación del Opus Dei, seguido por la celebración de la canonización de san Josemaría el 6 de octubre. Estas fechas invitan a los miembros de la Obra a reflexionar con gratitud sobre su vocación y la responsabilidad personal de contribuir al servicio de la Iglesia. Fernando Ocáriz recuerda las palabras del fundador: «Lo mismo que permanece la identidad de la persona a lo largo de las diversas etapas del crecimiento: niñez, adolescencia, madurez...; así hay, en nuestro desarrollo, evolución: seríamos, si no, cosa muerta. Permanece inconmovible el meollo, la esencia, el espíritu, pero evolucionan los modos de decir y de hacer, siempre viejos y nuevos, siempre santos» (Carta 27, n. 56).

El Prelado subraya la importancia del apostolado personal y la creatividad en la orientación cristiana de las profesiones y estructuras humanas, siempre fieles a las normas y costumbres transmitidas por san Josemaría. Destaca que, aunque los modos de expresión y acción evolucionan, el espíritu y las normas de piedad permanecen inalterables. Sin embargo, incluso las pequeñas costumbres contribuyen a mantener una tradición familiar que refuerza la unidad con los orígenes de la Obra.

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En este contexto, Fernando Ocáriz cita a Benedicto XVI: «La Tradición es el río vivo que se remonta a los orígenes, el río vivo en el que los orígenes están siempre presentes» (Audiencia, 26–IV–2006). Reconoce que puede surgir la tentación de la rutina en la práctica de las normas de piedad, pero insiste en que el amor renueva todas las cosas, como recuerda el Papa León XIV: «el amor es ante todo un modo de concebir la vida, un modo de vivirla» (Dilexi te, n. 120).

Fernando Ocáriz anima a los miembros del Opus Dei a ser fieles a Jesucristo y a sus hermanos, considerando la Obra como una herencia que debe fructificar y transmitirse con alegría, a pesar de las limitaciones personales y las dificultades externas. Invita a unirse a las intenciones del Romano Pontífice en estos momentos cruciales para la paz mundial.