El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Gabriele Caccia, advierte sobre el impacto negativo del incremento en el gasto militar y aboga por el diálogo y el desarme.
El arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, ha criticado el preocupante aumento del gasto militar mundial, que el año pasado alcanzó la cifra de 2,7 billones de dólares. Durante su intervención en el debate general de la Primera Comisión de la 80ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el arzobispo Caccia subrayó que el espíritu de la diplomacia y el multilateralismo, diseñado para proteger a la humanidad del flagelo de la guerra, se encuentra cada vez más oscurecido.
El Observador Permanente de la Santa Sede pidió abandonar la "lógica ilusoria" de la carrera armamentista y la disuasión nuclear. En su lugar, abogó por adoptar la vía del diálogo y el desarme, enfatizando la necesidad de un cambio de enfoque en las relaciones internacionales para garantizar la paz y la seguridad global.