Arturo Sosa SJ, Superior General de la Compañía de Jesús, destaca la importancia de seguir trabajando por un mundo más justo y digno en el 45º aniversario del Servicio Jesuita a Refugiados.
El 14 de noviembre de 1980, el P. Pedro Arrupe SJ, entonces Superior General de la Compañía de Jesús, fundó el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) con el objetivo de acompañar, servir y defender a las personas desplazadas por la fuerza. Conmovido por la situación de los refugiados vietnamitas, Arrupe llamó a ir donde las necesidades eran mayores y los más vulnerables a menudo olvidados. Su visión no se limitaba a ofrecer ayuda práctica, sino también a brindar un acompañamiento humano, pedagógico y espiritual, compartiendo el camino de los refugiados y fomentando su esperanza.
Cuarenta y cinco años después, las necesidades que motivaron la creación del JRS persisten. Desde Sudán del Sur hasta Ucrania, y desde Myanmar hasta Oriente Medio, los conflictos prolongados continúan sin señales de remitir, mientras surgen otros nuevos. En un mundo cada vez más hostil hacia los refugiados, la misión del JRS sigue siendo vital: crear un mundo más justo, donde todas las personas puedan vivir con dignidad. La red del JRS en la Provincia incluye al Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), que comparte esta misión.
En el marco del 45º aniversario del JRS, se invita a ver un mensaje especial del Superior General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa SJ. Este mensaje refuerza el compromiso de la Compañía de Jesús con la misión de acompañar a los refugiados y desplazados, subrayando la importancia de continuar trabajando por un mundo más justo y digno para todos.
