La familia no es un adorno de Navidad

La familia no es un adorno de Navidad

 

Ayer celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. Una fiesta entrañable que nos recuerda la belleza que hay en el seno de la familia.

En el hogar de Nazaret, José y María mantienen un fuerte vínculo de amor, servicio y respeto mutuo. No obstante, en Nazaret no todo era como nos lo pintan los anuncios de Navidad, sonrisas, idilio o estampas perfectas… Y ya ni te cuento en Belén… ¡eso era una cueva que hacía las veces de establo!  No, la vida de la Sagrada Familia fue apretada y sin lujos, vamos; lo que se dice pobre…

Pero Dios lo ha elegido así. Además, no podía ser de otra manera. Dios no iba a elegir una posada llena de gente para que su madre diera a luz. El misterio de la Navidad necesitaba intimidad y amor de familia. No una puesta en escena más cómoda pero expuesta socialmente. Sin embargo, Dios además, decidió nacer en un pesebre, no en un palacio donde sin duda también puede haber intimidad.

Todos los años, nos centramos en Navidad en las cenas, las comidas, las luces y los regalos. A veces dejamos de lado lo importante, la familia, y cosas más profundas como el perdón o el servicio. Creo que a eso se refiere la Navidad. A estar cerca de Jesús hecho niño por Amor. Hablamos mucho de Familia como concepto, pero poco como tarea. La familia no se cuelga del árbol de Navidad.

No todas las familias llegan a Navidad enteras. Hay mesas con sillas vacías, silencios que pesan más que las conversaciones y heridas que no se cierran con villancicos. Familias rotas por separaciones, por rencores enquistados, por años sin decirse la verdad. Y no pasa nada por decirlo así: duele, y mucho.

A esas familias no se las arregla con frases bonitas ni con la exigencia de aparentar normalidad. Necesitan respeto, tiempo y verdad. Pero también necesitan que alguien se atreva a decir que el amor no se sustituye por comodidad, que renunciar a amar tiene consecuencias, y que lo que se rompe dentro de casa acaba pasando factura fuera.

La Sagrada Familia no es santa porque fuera perfecta sino porque hay mucho amor. No se deja arrastrar por una épica barata sino por amor cotidiano.

Por este motivo la Navidad no va de nostalgia, sino de responsabilidad. De preguntarnos si en nuestra casa hay espacio para el otro o solo para nosotros mismos; si sabemos escuchar, ceder, recomenzar…

Celebrar la Sagrada Familia no es mirarla desde lejos, es dejar que nos incomode. Que nos recuerde que amar bien empieza en casa. Por eso decidió nacer en una familia. No para idealizarla sino para salvarla desde dentro. Y eso sigue siendo urgente hoy.


Iglesia Noticias no se hace cargo de las opiniones de sus colaboradores, que no tienen por qué coincidir con su línea editorial.

Comentarios
0
Carmen Ortiz
1 hora hace
La familia no puede ser solo un adorno navideño. Es el lugar donde se cultivan valores esenciales. La Sagrada Familia nos enseña que la grandeza está en el servicio y el perdón, no en aparentar. Esta Navidad debería invitarnos a sanar nuestras relaciones, buscando la reconciliación y la verdad.
Like Me gusta Citar
Escribir un comentario

Enviar

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.

Hasta luego