La escultura de Nuestra Señora de Montserrat, donada al Vaticano en 1963, ha sido un símbolo de devoción mariana y conexión cultural entre Brasil y la Santa Sede desde entonces.
La escultura de madera del siglo XVIII de Nuestra Señora de Montserrat, conocida como la Moreneta Blanca, fue donada en 1963 a Pablo VI por el embajador brasileño de la época. Esta obra, que representa a la Virgen de Montserrat, ha sido un símbolo significativo en el Vaticano desde entonces. La imagen, tallada con gran detalle, destaca por su singularidad y belleza, siendo una pieza única dentro del patrimonio artístico y religioso del Vaticano.
Desde su llegada al Vaticano, la Moreneta Blanca ha ocupado un lugar especial en los espacios dedicados a la devoción mariana. Su presencia ha sido constante en diversas ceremonias y actos litúrgicos, subrayando la importancia de la Virgen de Montserrat en la tradición católica. La escultura no solo es un testimonio artístico, sino también un símbolo de la conexión entre Brasil y el Vaticano.
A lo largo de los años, esta imagen ha sido objeto de admiración por parte de numerosos visitantes y fieles que acuden al Vaticano. Su historia y significado han sido destacados en múltiples ocasiones, recordando el legado cultural y espiritual que representa. La Moreneta Blanca continúa siendo un emblema de fe y devoción para quienes veneran a Nuestra Señora de Montserrat.