El juicio en torno al caso Sloane Avenue, que involucra a un cardenal y ha sacudido a la Curia Romana, se enfrenta a nuevas revelaciones que cuestionan la credibilidad del sistema judicial Vaticano.
En los próximos días, dará inicio la segunda instancia de uno de los juicios más controvertidos de los últimos años en el Vaticano, relacionado con el caso del edificio Sloane Avenue en Londres. Este proceso ha puesto de manifiesto las debilidades del sistema judicial vaticano, único en el mundo, y ha implicado a un cardenal en un escándalo que ha sacudido a la Curia Romana.
El juicio, ordenado por el Papa Francisco, ha revelado la existencia de pruebas ocultas que evidencian un complot contra el prelado implicado. En el centro de la controversia se encuentra Francesca Immacolata Chaouqui, una figura polémica del pontificado de Francisco, quien ha sido acusada de manipular a los prelados y de intentar influir en el juicio mediante la difusión de información falsa y ataques a periodistas independientes.
El papel de Alessandro Diddi, Promotor de Justicia, también ha sido cuestionado debido a su falta de experiencia en derecho canónico y vaticano. A pesar de las críticas, Diddi ha mantenido su posición en el proceso, lo que ha generado dudas sobre la imparcialidad del juicio.
Las revelaciones recientes, publicadas por Silere non possum, incluyen mensajes intercambiados entre Chaouqui y Genevieve Ciferri, que muestran intentos de manipulación y connivencia para dirigir el juicio. Estos mensajes también revelan una red de relaciones turbias que involucran a Stefano De Santis, Comisionado de la Gendarmería Vaticana, y que han afectado el desarrollo del proceso judicial.
Ante estas circunstancias, se plantea la necesidad de que el Papa León XIV recupere la jurisdicción sobre los casos que involucran a cardenales y establezca una comisión de investigación para esclarecer el caso Sloane Avenue y el tráfico de influencias vinculado a Chaouqui. Asimismo, se sugiere la destitución de aquellos que han actuado de manera irregular en la Gendarmería Vaticana y en la fiscalía, para restaurar la credibilidad del sistema judicial del Vaticano.
El caso Sloane Avenue se encuentra en una encrucijada: continuar por un camino que podría deslegitimar el sistema judicial vaticano o detenerse para reconocer las anomalías y restablecer las normas de transparencia que cualquier estado de derecho debe garantizar.