El tradicional juramento de la Guardia Suiza, pospuesto en señal de duelo por el fallecimiento del Papa Francisco, se llevará a cabo el 4 de octubre con la incorporación de 27 nuevos reclutas.
La Guardia Suiza, el histórico cuerpo militar encargado de la protección de los pontífices, celebrará la ceremonia de juramentación de 27 nuevos reclutas el próximo sábado 4 de octubre. Inicialmente programado para el 6 de mayo, coincidiendo con la conmemoración del 'Saqueo de Roma' de 1527, el evento fue aplazado debido al luto por el fallecimiento del papa Francisco. Los nuevos guardias, provenientes de diversos cantones suizos como Valais (Wallis), Friburgo, Vaud y Zúrich, se comprometerán solemnemente a proteger al Papa León XIV y a sus sucesores, incluso a costa de sus vidas, ataviados con los tradicionales uniformes ceremoniales y coraza.
Se espera la presencia de una destacada delegación suiza en la ceremonia, incluyendo a la presidenta Karin Keller-Sutter, la presidenta del Consejo Nacional Maja Riniker, el presidente del Consejo de Estados Andrea Caroni y el comandante en jefe del Ejército suizo, teniente general Thomas Süssli. Asimismo, la Conferencia Episcopal Suiza estará representada por el obispo de Chur, monseñor Joseph Bonnemain, vicepresidente del episcopado.
El programa de la ceremonia comenzará el 3 de octubre con el rezo de las vísperas en alemán en la iglesia de Campo Santo Teutonico, seguido de la entrega de medallas al mérito. Las celebraciones oficiales tendrán lugar el 4 de octubre con una misa en la Basílica de San Pedro, a las 7:30 (hora de Roma), presidida por el Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado.
La ceremonia de juramento rememora el heroico sacrificio de 147 guardias que dieron su vida defendiendo al papa Clemente VII durante la invasión de Roma en 1527. Fundada en 1506 por el papa Julio II, la Guardia Suiza Pontificia es el ejército más antiguo del mundo y actualmente cuenta con aproximadamente 135 miembros, bajo el mando del coronel Christoph Graf. Su misión principal es la protección del Santo Padre y el control del acceso al Vaticano.