La conferencia, organizada por el Santa Marta Group y otras entidades, reunió a más de 200 expertos para abordar la necesidad de unir esfuerzos en la lucha contra la trata de personas y la esclavitud moderna.
Con motivo del 25º aniversario del Protocolo de Palermo contra la trata de seres humanos, se celebró en Roma una conferencia promovida por el Santa Marta Group, el Soberano Orden de Malta y el Instituto de Antropología de la Pontificia Universidad Gregoriana. Christine Seuss, desde la Ciudad del Vaticano, informó que los asistentes reclamaron un refuerzo global en la lucha contra la trata y las nuevas formas de esclavitud. Más de 200 expertos coincidieron en que es imprescindible coordinar esfuerzos para consolidar los avances alcanzados en esta materia.
El Protocolo de Palermo, aprobado en 2000, complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional. Su objetivo es prevenir, reprimir y sancionar especialmente la trata de mujeres y niños. Hasta ahora, más de 180 países han legislado específicamente para combatir este delito y otras modalidades contemporáneas de esclavitud. En este contexto, el cardenal Fabio Baggio, subsecretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, resaltó el compromiso del Dicasterio con esta problemática y subrayó la necesidad de adoptar medidas concretas que incrementen la sensibilización, así como promuevan la prevención, protección y sanción.
Padre Hans Zollner, uno de los organizadores del encuentro, insistió en reunir a quienes estén dispuestos a colaborar para frenar este grave mal. Por su parte, Michel Veuthey, embajador del Soberano Orden de Malta, destacó que se requieren mayores recursos económicos y humanos para abordar con seriedad esta lacra. Asimismo, Josef Blotz, Gran Hospitalario del Orden de Malta, señaló que es fundamental reconocer los retos actuales y futuros vinculados al desarrollo tecnológico y sus consecuencias sobre la trata y esclavitud modernas.
Mama Fatima Singhateh, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre este tema, afirmó que la Iglesia Católica puede desempeñar un papel relevante en este empeño. En particular, subrayó su labor para sensibilizar a las comunidades acerca de la vulnerabilidad infantil y los riesgos asociados al abuso y explotación sexual. Finalmente, Kevin Hyland, representante de Praeveni Global, recordó que pese a los progresos desde el Protocolo de Palermo aún resulta necesario un compromiso más decidido por parte de los gobiernos para respaldar el trabajo realizado por organizaciones benéficas, sociedad civil e instituciones eclesiales en esta lucha.
