Roma cierra tres Puertas Santas del Jubileo
La clausura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pablo Extramuros marca el final del Jubileo de la Esperanza 2025 en tres de las cuatro basílicas papales de Roma.
A las 10.00 de este 28 de diciembre se cerró oficialmente la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros, en una ceremonia presidida por el cardenal James Michael Harvey, arcipreste de la basílica. Con este rito, el Jubileo de la Esperanza 2025 concluyó en tres de las cuatro basílicas papales: en Navidad se cerró la Puerta Santa de Santa María la Mayor, ayer la de San Juan de Letrán y hoy la de San Pablo Extramuros, dedicada al “apóstol de los gentiles”. Durante la ceremonia, el cardenal Harvey se arrodilló para el rito y cerró la puerta roja, que simboliza el martirio de san Pablo.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONALa Puerta Santa de San Pablo Extramuros se abrió el 5 de enero de 2025, como la quinta y última del Jubileo de la Esperanza. En 2024, el Papa Francisco abrió también una Puerta Santa en la Iglesia del Padrenuestro, en la cárcel de Rebibbia.
“Hemos llegado al final de un tiempo de gracia. El cierre de la Puerta Santa marca la conclusión visible del Año Jubilar y, al mismo tiempo, preserva y reafirma su profundo significado”, afirmó el cardenal Harvey durante la Misa que presidió tras el rito de clausura. El purpurado añadió: “En la liturgia de la Iglesia, lo que se cierra siempre es un tiempo, pero la misericordia de Dios permanece perpetuamente abierta; lo que permanece abierto siempre es el camino de conversión y esperanza que este tiempo ha generado. En el venerable lugar donde nos encontramos, encomendado a la memoria del apóstol Pablo, sentimos resonar con fuerza las palabras que han acompañado todo el Jubileo: ‘La esperanza no defrauda’”, y subrayó que se trata de “un lema emblemático, pero sobre todo una profesión de fe”.
En su homilía, el cardenal Harvey explicó que la esperanza no decepciona porque se apoya en el amor fiel de Dios. “La Puerta Santa que hoy se cierra es mucho más que un simple paso físico; fue un umbral espiritual, una llamada dirigida a cada uno de nosotros a dejar atrás lo que nos oprime el corazón y entrar en el espacio de la misericordia. Cruzarla ha significado reconocer que la salvación proviene de la humilde entrega a Aquel que solo puede dar pleno sentido a nuestras vidas. La tradición de la Iglesia nos recuerda que la Puerta Santa era el signo del regreso a la casa del Padre. Incluso hoy, Dios nunca cierra la puerta al hombre; es el hombre quien está llamado a atravesarla”, comentó el cardenal Harvey. Al referirse al magisterio reciente, el arcipreste señaló que el Papa Francisco “insistió claramente” en que la esperanza es concreta, y añadió: “El Papa León XIV prosigue con significativa y profunda continuidad el camino emprendido: una única esperanza, fundada en Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre”.
El cardenal Harvey concluyó recordando la misión de los fieles tras el Jubileo: “El peregrino que ha cruzado la Puerta es enviado a regresar al mundo como testigo, llevando el don recibido a la vida cotidiana. Se abre delante de nosotros una responsabilidad: estamos llamados a ser testimonios creíbles de esperanza en un mundo marcado por divisiones y temores. Que la puerta de la misión permanezca abierta, porque el mundo tiene necesidad de Cristo”.
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