El Papa León XIV ha enviado un mensaje en el décimo aniversario de la beatificación de los mártires de Chimbote, destacando su testimonio de unidad en Cristo y llamando a la renovación del compromiso apostólico.
El Papa León XIV ha dirigido un mensaje con motivo del décimo aniversario de la beatificación de los mártires de Chimbote: Michał Tomaszek, Zbigniew Strzałkowski y Alessandro Dordi. En él, se une a la gratitud expresada por la Iglesia en Perú, Polonia, Italia y otros países donde el recuerdo de estos sacerdotes misioneros continúa siendo un estímulo para la fidelidad. Estos presbíteros compartieron la vida de sus comunidades, celebraron la Eucaristía y administraron los sacramentos en medio de contextos marcados por la pobreza y la violencia, hasta ser asesinados en 1991 por odio a la fe.
El Pontífice subraya que, pese a sus diferencias culturales y personales, los mártires alcanzaron una comunión en Cristo que se tradujo en un testimonio único del Evangelio. Señala que sus vidas y su martirio constituyen una llamada a la unidad y a la misión para toda la Iglesia universal, recordando que no es la coincidencia de pareceres lo que une, sino la conformidad con Cristo. En este sentido, afirma que “la sangre de los mártires no se derramó por proyectos personales, sino como una entrega de amor al Señor y a su pueblo”.
El Santo Padre exhorta a la Iglesia local de Chimbote a renovar su compromiso apostólico, continuando con entusiasmo la misión de anunciar a Jesucristo mediante palabras y obras. Ante los desafíos pastorales y culturales actuales, invita a retomar a Cristo como criterio fundamental para las decisiones y prioridades eclesiales. Asimismo, recuerda que la misión esencial de la Iglesia consiste en evangelizar y reconciliar a los pecadores con Dios. Por ello, anima a las comunidades cristianas a perseverar en la fe y mantener viva la esperanza incluso en medio de las dificultades.
Por último, el Papa dirige un mensaje especial a los jóvenes de Perú, Polonia, Italia y del mundo entero. Destaca que “la vida da frutos cuando se abre a la llamada de Dios” e invita a no temer responder al Señor, ya sea al sacerdocio, a la vida consagrada o a la misión ad gentes. También anima al clero joven a ofrecerse generosamente como fidei donum siguiendo el ejemplo del beato Alessandro Dordi; además, exhorta a los obispos para que respalden las Iglesias más necesitadas. Finalmente, encomienda a todos bajo la protección maternal de la Virgen María e imparte su bendición apostólica.
