El Pontífice recibió las cartas credenciales de los nuevos embajadores, destacando la importancia de la paz y la dignidad humana en un contexto de creciente tensión geopolítica y fragmentación mundial.
El Papa León XIV recibió el 6 de diciembre las cartas credenciales de trece nuevos embajadores acreditados ante la Santa Sede, procedentes de países como Uzbekistán, Moldavia y Baréin, entre otros. Durante el encuentro, el Pontífice puso de relieve el Año Jubilar de la Esperanza, insistiendo en la necesidad de restaurar la confianza en la Iglesia, en la sociedad y en las relaciones internacionales. Asimismo, subrayó su llamado a promover la dignidad de toda persona y el respeto a la creación.
El Santo Padre renovó su invitación a trabajar por una "paz desarmada y desarmadora", recordando que esta no consiste únicamente en la ausencia de conflicto, sino que es un don activo que exige renunciar al orgullo y a la venganza. Destacó la urgencia de esta perspectiva ante el aumento de tensiones geopolíticas y la fragmentación mundial, que afectan especialmente a los pobres y marginados. Citando al Papa Francisco, señaló que "la grandeza de una sociedad se mide por su trato a los más necesitados".
Además, el Papa León XIV afirmó que la Santa Sede no permanecerá como espectadora silenciosa frente a las injusticias ni a las violaciones de los derechos humanos. Explicó que la diplomacia eclesial se orienta al servicio del bien común, con especial atención hacia los más vulnerables. Animó a los nuevos embajadores a colaborar con la Santa Sede para impulsar una cooperación multilateral renovada, con el propósito de construir un mundo más justo y pacífico. Finalmente, expresó su deseo de que sus misiones contribuyan al diálogo y a la unidad entre los pueblos.
