El obispo José Ignacio Munilla se defiende de las acusaciones de delitos de odio contra el colectivo LGBTI, afirmando que no ha recibido comunicación oficial y que no hay base judicial para las acusaciones.
El obispo José Ignacio Munilla, prelado de la diócesis española de Orihuela-Alicante y reconocido por su labor evangelizadora en redes sociales y en Latinoamérica, rechazó las acusaciones de "delitos de odio" dirigidas contra él por supuestas declaraciones contra el colectivo LGBTI. Munilla aclaró que no ha recibido notificación oficial alguna y aseguró que la denuncia “no tiene recorrido judicial alguno”.
La controversia surgió tras una nota del periódico Información, titulada “La Fiscalía investiga al obispo Munilla por posibles delitos de odio y discriminación”, que se basa en una denuncia presentada por el grupo “Tu pueblo y el mío”. Esta asociación interpuso la denuncia a raíz de unas declaraciones del prelado realizadas en mayo durante su programa en Radio María. En concreto, el presidente del colectivo remitió en julio un escrito al fiscal encargado de los delitos de odio y discriminación, cuestionando unas afirmaciones sobre las llamadas “terapias de conversión”.
Según recoge el diario, el obispo explicó que si el acompañamiento psicológico a personas con inclinaciones homosexuales “tiene algún viso de ayudarles a que sus atracciones homosexuales sean reconducidas, entonces eso se entiende como terapia de conversión y eso está prohibido (...) Aquí se le llama terapia de conversión a cualquier acompañamiento a una persona para intentar que sus heridas interiores sean acompañadas y pueda vivir la virtud de la castidad como todo cristiano”.
En una publicación difundida en sus redes sociales el 19 de noviembre, Mons. José Ignacio Munilla afirmó: “Obviamente, esto no tiene recorrido judicial alguno y solo persigue amedrentar a la Iglesia para que no se atreva a predicar la Buena Nueva del amor cristiano, para así intentar imponer al conjunto de la sociedad una ‘antropología de Estado’ basada en la ‘teoría gender-LGTBI’”.
El prelado recordó que la teoría o ideología del género, denunciada reiteradamente por el Papa Francisco, sostiene que el sexo no es una realidad biológica sino una construcción sociocultural. Además, advirtió que diversos gobiernos intentan imponer esta visión mediante la educación infantil y juvenil.
A su vez, subrayó en su mensaje que “es totalmente falso que yo haya dirigido crítica alguna a colectivos LGTBI”. En cambio, puntualizó: “Yo critiqué abiertamente la ley aprobada el año pasado en España, en la que se prohíben y penalizan las ‘supuestas’ terapias de conversión. Ahora bien, ¿es delito criticar al Gobierno y sus leyes? ¿No deberían, entonces, denunciar también a todos los parlamentarios que votaron en contra de esa ley en el Congreso?”.
Por último, indicó que le parece irónico “que quienes defienden la libertad para cambiarse de sexo —hormonas y cirugías incluidas— prohíban a los homosexuales solicitar libremente lo que ellos califican como ‘terapia de conversión’”. El obispo concluyó remarcando que “la Iglesia no puede por menos predicar el Evangelio del amor y de la pureza; y no vamos a dejar de acompañar a las personas con inclinaciones homosexuales que nos pidan libremente ayuda espiritual para vivir en castidad”.
