El obispo de Salamanca, en una homilía reciente, condenó la violencia y defendió la acogida de migrantes, subrayando la importancia de la paz y la solidaridad, y recordando las enseñanzas del Papa León XIV.
El obispo de Salamanca, en una reciente homilía, condenó enérgicamente la violencia y defendió la acogida de los migrantes. Durante su intervención, el prelado subrayó la importancia de promover una cultura de paz y solidaridad, animando a los fieles a abrir sus corazones y hogares a quienes buscan refugio.
En su discurso, el obispo destacó que la violencia no solo afecta a las víctimas directas, sino que también erosiona el tejido social. Hizo una llamada a trabajar juntos para construir una sociedad más justa y compasiva. Además, enfatizó que la acogida de migrantes es un deber cristiano, recordando las enseñanzas del Evangelio sobre el amor al prójimo.
El prelado también abordó las dificultades que enfrentan los migrantes al llegar a un nuevo país. Señaló que muchos de ellos huyen de situaciones extremas en busca de seguridad y oportunidades. En este sentido, pidió a las autoridades y a la sociedad en general que faciliten su integración y les brinden el apoyo necesario para reconstruir sus vidas.
El obispo de Salamanca recordó las palabras del Papa León XIV sobre la importancia de la misericordia y la compasión hacia los más vulnerables. Citó al Pontífice al afirmar: "La verdadera grandeza de una nación se mide por cómo trata a sus miembros más débiles". Concluyó su homilía exhortando a todos los presentes a ser agentes de cambio positivo en sus comunidades.
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