La Iglesia Católica en Madagascar organiza una jornada de oración y ayuno en respuesta a las protestas de la «Generación Z» contra el Gobierno, mientras se denuncia la represión policial y se teme una escalada de violencia.
La Iglesia Católica en Madagascar ha organizado una jornada de oración y ayuno como respuesta a las manifestaciones de la «Generación Z» contra el Gobierno y la corrupción en Antananarivo. El cardenal Désiré Tsarahazana ha pedido detener la violencia y el odio, animando a la policía a cesar la represión y a los jóvenes a evitar saqueos y provocaciones.
El arzobispo de Toamasina ha expresado su preocupación por la situación, subrayando la necesidad de acercarse al Señor y liberarse del apego al dinero. Sin embargo, sus palabras no han logrado el efecto deseado, ya que las protestas continúan con más de mil jóvenes exigiendo la dimisión del presidente Andry Rajoelina. La policía ha respondido con dureza, utilizando gases lacrimógenos y balas, lo que ha sido denunciado por monseñor Rosario Saro Vella, obispo de Moramanga.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha condenado el uso desproporcionado de la fuerza, advirtiendo sobre el riesgo de una guerra civil. La Iglesia local, que ha intentado mediar, enfrenta dificultades debido a la falta de diálogo entre el pueblo y el Gobierno. Monseñor Vella ha señalado la frustración de la población ante promesas incumplidas y problemas no resueltos, mientras la Conferencia Episcopal mantiene una postura crítica hacia el Gobierno.