El padre Federico Gandolfi, misionero en Bahr al-Ghazal occidental, enfrenta una grave crisis humanitaria debido a la escasez de recursos básicos y el conflicto armado en Sudán del Sur.
En Sudán del Sur, uno de los países más pobres del mundo, la misión del padre Federico Gandolfi en Bahr al-Ghazal occidental se enfrenta a una situación crítica. La población, que ha huido de la guerra en Sudán, se encuentra en una lucha constante por la supervivencia debido a la escasez de alimentos y agua. La crisis humanitaria se agrava por el aumento de precios en los mercados y la falta de recursos básicos, como atención médica y refugio.
El padre Gandolfi, misionero de los Hermanos Menores, destaca el papel crucial del hospital dirigido por las Hermanas Combonianas en Wau, que realiza hasta 400 cesáreas al mes debido al cierre de clínicas en la región. A pesar de sus esfuerzos, la tasa de mortalidad sigue siendo alta. Además, los misioneros colaboran en una leprosería que atiende a 250 enfermos, proporcionando alimentos y atención médica con la ayuda de voluntarios.
La situación de conflicto en Sudán del Sur es compleja, con enfrentamientos entre el ejército del presidente Salva Kiir y los rebeldes del Ejército de Liberación Popular de Sudán del Sur. La división interna en ambos bandos ha llevado a una guerra fragmentada que dificulta el acceso a alimentos y recursos, generando un gran número de desplazados. La comunidad internacional teme un retorno a la guerra civil si el acuerdo de paz de 2018 colapsa.
A pesar de este panorama desolador, los misioneros, junto con la diócesis, están trabajando para abrir una nueva misión en una zona remota cerca de Wau. En esta región, la población vive de la agricultura y la caza, y enfrenta la falta de jóvenes, quienes son reclutados por facciones en guerra o emigran en busca de educación y empleo. La misión se centra en proporcionar agua potable y educación básica, mientras se respeta la espiritualidad y fe de la comunidad local.