Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, lideró la celebración en la Catedral Metropolitana de Guatemala, destacando las injusticias sociales y la importancia de los valores cristianos en su homilía.
Mons. Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, presidió una Misa en la Catedral Metropolitana de Guatemala con motivo de la 111.ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. A este evento asistieron migrantes de diversos países. El obispo, quien fue expulsado de Nicaragua en noviembre de 2024 por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, destacó en su homilía las injusticias sociales denunciadas por el profeta Amós, subrayando la división entre ricos y pobres.
Durante la Eucaristía, el obispo Herrera también hizo referencia a las enseñanzas de San Pablo a Timoteo, enfatizando la importancia de promover valores cristianos como la justicia y la caridad. Al comentar sobre el Evangelio de Lázaro y el rico Epulón, señaló que los ricos, apegados a lo material, a menudo no perciben los bienes del Reino, mientras que los pobres, más abiertos a Dios, esperan su ayuda divina.
El prelado nicaragüense añadió que la parábola de Lázaro es un reflejo de las realidades actuales, mostrando cómo la ideología dominante puede impedir la percepción de la verdadera vida descubierta por la fe. Concluyó que Dios se manifiesta a través de los pobres, quienes nos ayudan a superar las divisiones creadas por la falta de compasión de los ricos.