Un tribunal en Teherán ha confirmado en apelación severas condenas de prisión para cinco cristianos conversos, en un contexto de creciente represión religiosa en Irán.
En un fallo reciente, la sección 36 del Tribunal de Apelación de Teherán ratificó sentencias que suman más de 41 años de prisión para cinco iraníes convertidos al cristianismo. Estos individuos, cuya única "culpa" ha sido profesar su fe cristiana y participar en actividades religiosas, enfrentan acusaciones que incluyen socavar la integridad del Estado y colaborar con potencias extranjeras. Esta situación refleja una persistente persecución religiosa en la República Islámica, donde la libertad de culto está severamente restringida.
Entre los condenados se encuentran Hessamuddin Mohammad Junaidi, Abolfazl Ahmadzadeh-Khajani y otros dos acusados que han solicitado el anonimato, quienes deberán cumplir ocho años y un mes de prisión cada uno. El quinto acusado, Morteza Faghanpour Saasi, ha recibido una sentencia de ocho años y 11 meses, con cargos que incluyen "actividades educativas y de proselitismo desviadas" y propaganda contra el régimen. Las condenas iniciales fueron dictadas por la Sección 1 del Tribunal Revolucionario de Varamin el pasado 16 de julio.
Los cargos se basan en la participación de los acusados en cursos de formación cristiana en el extranjero, reuniones en iglesias domésticas y actividades en línea, todas consideradas ilegales bajo el Código Penal Islámico. Faghanpour Saasi, quien fue detenido en junio, ha sido objeto de un trato especialmente duro, incluyendo el registro de su hogar y la confiscación de libros religiosos. Durante su detención en la prisión de Evin, fue sometido a torturas y abusos, según informes de Article18.
Irán es considerado uno de los países más peligrosos para los cristianos, según la Lista Mundial de Vigilancia de Open Doors International. Aunque el gobierno reconoce algunas comunidades cristianas históricas, los conversos del islam enfrentan severas restricciones y son tratados como ciudadanos de segunda clase. La reciente emisión de un documental en la televisión estatal, que presenta confesiones forzadas de conversos, es un ejemplo de la campaña de represión y propaganda que sufren estos grupos.