Una escultura de la Virgen en Jerez reaviva un debate artificial sobre patrimonio y religión
Una escultura de la Virgen en Jerez reaviva un debate artificial sobre patrimonio y religión

La instalación de una monumental escultura de la Virgen en Jerez de la Frontera ha reavivado el debate sobre el patrimonio y la religión en la ciudad andaluza.

En Jerez de la Frontera, la recuperación de un proyecto escultórico olvidado ha suscitado una intensa polémica entre defensores del patrimonio histórico y la comunidad religiosa. La escultura, una representación de la Inmaculada Concepción de más de cinco metros de altura, se ubicará en la plaza del Arroyo, un lugar de gran valor histórico a pocos pasos de la Catedral y del Palacio Bertemati, protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2005. La iniciativa, que data de 2005, fue inicialmente concebida como parte de un homenaje al 150 aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción, pero quedó en suspenso hasta que el actual Ayuntamiento decidió retomarla.

El proyecto ha sido objeto de críticas por parte de expertos en patrimonio y cultura local, quienes han manifestado su preocupación por el impacto visual que la escultura podría tener en el entorno. Un manifiesto firmado por 156 personas, entre las que se encuentra el historiador del arte José Manuel Moreno Arana, advierte que la estructura "no se integraría en el conjunto: lo dominaría, lo ocultaría, lo desbordaría". La escultura, que ha sido reducida de su tamaño original, sigue siendo considerada desproporcionada para el lugar.

La historia de esta escultura es un reflejo de los excesos urbanísticos de la época previa a la crisis económica que afectó a Jerez. Encargada en 2004 bajo la administración del entonces alcalde Pedro Pacheco, la obra fue realizada por el escultor Francisco Parra a un coste de 361.000 euros. Sin embargo, tras su entrega en 2014, la escultura quedó olvidada en una nave municipal hasta que fue redescubierta el año pasado.

El actual gobierno municipal, liderado por la alcaldesa María José Pelayo, ha decidido dar un nuevo impulso al proyecto en colaboración con el Obispado de Jerez. Mientras que el Ayuntamiento se encargará de la limpieza y redacción del proyecto, la Iglesia jerezana será responsable de la ejecución y financiación de la instalación. No obstante, la ubicación elegida ha generado controversia, ya que se encuentra en una zona de servidumbre del entorno BIC del Palacio Bertemati.

La plataforma Laicistas de Jerez también se ha sumado al debate, señalando que la ciudad ya cuenta con un elevado número de monumentos y calles de carácter religioso. El manifiesto, que ha superado las 1.100 firmas, no cuestiona el carácter religioso de la escultura, sino su impacto en el espacio público y la falta de participación ciudadana en el proceso de decisión.

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