Señor Jesús, aquí estoy ante Ti, realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te adoro desde lo más profundo de mi ser. Creo firmemente que estás aquí, vivo y verdadero, aunque oculto a mis ojos. Vengo a tus pies en este Lunes Santo, al inicio de la Semana en que celebramos los misterios centrales de nuestra fe: tu Pasión, Muerte y Resurrección.