Hay decisiones que, vistas desde fuera, parecen locura. Y sin embargo, para quien siente la llamada de Dios, son pura evidencia interior. La película de los domingos, dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, retrata esa entrega radical…
Sin embargo, también el choque inevitable con una familia que no entiende nada. Porque una entrega total a Dios no se explica con argumentos lógicos: duele, desconcierta y, a veces, separa. Y cuando una chica intenta discernir su vocación, la incomprensión de los suyos se convierte en un peso añadido a un camino ya bastante empinado.
La cinta acierta al mostrar ese combate interior, pero falla en algo decisivo: parece que la santidad vive encerrada entre los muros del convento. Como si Dios llamara solo a la protagonista y no al padre o a la tía. Como si la salvación fuese un asunto reservado a los claustros. Y no. Dios también los llama a ellos, en medio de su vida corriente, con la misma fuerza y la misma exigencia. La película se queda corta justo ahí: reduce el cristianismo a lo clerical, como si el mundo fuese un escenario secundario y no el lugar real donde se juega la fidelidad.
Quien decide entrar en un convento lo hace porque la voluntad de Dios es más fuerte que el miedo, la duda o los afectos. Pero quien se queda fuera también está llamado a la santidad con la misma radicalidad. No hay un carril lento para laicos. No hay una vida espiritual de segunda categoría.
¡A veces esto no se entiende ni siquiera en el seno de la propia Iglesia! La santidad no es apartarse del mundo, sino orientar el corazón a Dios en el camnio que él mismo nos marca.
Esa es la verdad que la película insinúa pero no termina de comprender: la entrega total no siempre se entiende, pero tampoco se limita a una puerta que se cierra tras una reja. Se juega en la celda… y en la calle. Y Dios llama a todos. Siempre.
Iglesia Noticias no se hace cargo de las opiniones de sus colaboradores, que no tienen por qué coincidir con su línea editorial.

Mi enhorabuena al atrevimiento de la directora (ya tiene mérito), producción, historia… y más en estos tiempos. No deja de ser un ejemplo y hará muchísimo bien.