Durante la Vigilia de oración del Jubileo de la Consolación, el Papa León XIV pidió a los líderes mundiales garantizar un futuro seguro para los niños afectados por conflictos, subrayando la importancia de la esperanza y el perdón.
En la Vigilia de oración del Jubileo de la Consolación, celebrada en la Basílica de San Pedro, el Papa León XIV destacó la importancia de caminar junto a quienes han sufrido injusticias y abusos, especialmente aquellos heridos por miembros de la Iglesia. El Papa pidió a los líderes mundiales que escuchen el dolor de los niños afectados por conflictos, garantizándoles un futuro seguro. En su homilía, subrayó que la consolación en la Iglesia significa "nunca solos", y que la esperanza debe ser más fuerte donde el dolor es profundo.
Durante la liturgia, el Papa León XIV recordó que el perdón es una liberación que puede transformar el dolor, y que la violencia no debe ser la última palabra. Citó testimonios conmovedores de personas que han sufrido pérdidas, enfatizando que el amor y el perdón superan al mal. El Pontífice también mencionó que, en momentos de oscuridad, Dios no nos abandona, y que las lágrimas pueden ser una forma de purificación y preparación para ver a Jesús.
El Papa León XIV animó a cuidar con ternura a los más frágiles, recordando las palabras de María y del Señor sobre la maternidad y filiación divina. En su mensaje, destacó que el consuelo recibido de Dios nos capacita para consolar a otros. Además, el Papa hizo una llamada a la paz, pidiendo a los responsables de las naciones que escuchen el grito de los niños inocentes y trabajen por un futuro que los proteja.
Al concluir la Vigilia, el Papa León XIV ofreció a los participantes la medalla del Agnus Dei, símbolo de resurrección y esperanza. La celebración incluyó una oración universal por los perseguidos, víctimas de violencia y aquellos que sufren diversas adversidades. Al final del evento, el Papa se acercó a la imagen de la Virgen de la Esperanza, pidiendo su intercesión y apoyo en las pruebas de la vida.