El Papa León XIV participó este fin de semana en su primera visita digital a Estados Unidos, un encuentro retransmitido desde el Vaticano con más de 16.000 jóvenes reunidos en el Lucas Oil Stadium de Indianápolis, en el marco de la National Catholic Youth Conference, que se celebra del 19 al 22 de noviembre de 2025. La conexión fue emitida por Vatican Media y EWTN, además de numerosas radios y televisiones asociadas en todo el continente americano.
Durante este diálogo, el Papa respondió a varias preguntas sobre fe, sufrimiento interior, confesión, crecimiento espiritual y acompañamiento humano, temas que emergieron con fuerza entre los jóvenes estadounidenses. En su intervención inicial, León XIV subrayó que el Jubileo de la Esperanza está mostrando “signos de esperanza por todas partes”. Recordó que millones de peregrinos han visitado Roma, y que en el reciente Jubileo de los Jóvenes más de un millón acudieron a celebrar juntos la fe. También presentó el ejemplo de la presentación de la Virgen María, memoria litúrgica del día del encuentro, como modelo de entrega total a Dios.
Sobre la dificultad de aceptar la misericordia, el Papa respondió a una joven que confesó sentirse paralizada cuando se equivoca: «Dios nunca se cansa de perdonar. Somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón», citando las palabras de Francisco. Subrayó que “el pecado nunca tiene la última palabra” y que el sacramento de la reconciliación es el encuentro concreto con Cristo que devuelve la paz al corazón. El Pontífice explicó también la lucha interior, a menudo marcada por tristeza o confusión, recordando las palabras de san Pedro: “Entrega todas tus preocupaciones a Jesús, porque Él cuida de ti”. Indicó que la relación con Cristo se fortalece dedicando tiempo al silencio, a la adoración eucarística y a la lectura de la Escritura, y animó a los jóvenes a cultivar una amistad real con Jesús, más allá de las impresiones emocionales cambiantes.
Otro momento destacado fue la reflexión sobre la comunicación emocional y la sinceridad. León XIV afirmó que muchos jóvenes llevan cargas pesadas y que es esencial no afrontar esas dificultades en soledad: «Cuando encontréis a alguien en quien confiáis de verdad, no tengáis miedo de abrir vuestro corazón». Pidió rezar por el don de amistades verdaderas, que conduzcan al bien y ayuden a buscar ayuda cuando la vida se vuelve confusa. León XIV introdujo aquí la perspectiva del Jubileo: el camino espiritual hacia Cristo exige valentía para crecer, salir de uno mismo y buscar la grandeza del alma. Citó la advertencia de Benedicto XVI: “No hemos sido creados para la comodidad, sino para la grandeza”, integrando la llamada del Jubileo a vivir una fe que transforme el corazón y anhele la plenitud de Dios.
El Papa trató además el fenómeno de las distracciones en la oración. Explicó que, en ocasiones, conviene reconocer la distracción, comprender su origen y regresar después al diálogo con el Señor: un proceso sencillo que evita el perfeccionismo y fortalece la relación auténtica con Cristo. La conversación concluyó con la bendición apostólica, que el Papa impartió emocionado tras agradecer la presencia de tantos jóvenes y de los numerosos medios que hicieron posible la emisión. León XIV destacó que reza por cada uno de ellos, consciente de los desafíos espirituales que vive la juventud y del papel central que tienen en la renovación de la Iglesia.
