El Pontífice visitó el Hospital de la Cruz en Beirut, donde subrayó la importancia del cuidado compasivo y la responsabilidad de los cristianos hacia los más vulnerables, destacando la labor del personal sanitario.
El Papa León XIV visitó el Hospital de la Cruz en Beirut, donde resaltó la dedicación de médicos, religiosas y personal sanitario en el cuidado de los enfermos. Durante su estancia, transmitió un mensaje profundo de cercanía, solidaridad y esperanza a pacientes y trabajadores. Subrayó que cada acto de compasión refleja el amor de Cristo y reafirmó que los más vulnerables permanecen siempre en el corazón de Dios.
En su saludo, el Santo Padre recordó al beato Padre Jacques, fundador del hospital, y destacó la continuidad de su obra a través de las Hermanas Franciscanas de la Cruz. Enfatizó la importancia del cuidado compasivo, comparando a los profesionales sanitarios con el buen samaritano. Reconoció las dificultades que enfrentan, pero les animó a conservar la alegría del servicio, recordando que su labor es "una gran obra a los ojos de Dios".
El Papa también advirtió que la sociedad no puede ignorar a los más frágiles ni aferrarse a falsos mitos de bienestar mientras persisten la pobreza y la vulnerabilidad. Subrayó la responsabilidad especial que tienen los cristianos para atender a los pobres, evocando las palabras del Evangelio: en el rostro del necesitado se refleja el sufrimiento de Cristo. Por último, dirigió un mensaje directo a los enfermos, asegurándoles que siempre están presentes en el corazón de Dios.
